El descubrimiento de América en el año 1492 animó a miles de extremeños a embarcarse rumbo al Nuevo Mundo en busca de gloria y fortuna. Uno de ellos fue el soldado zarceño Pedro Cortés de Monroy, un valeroso explorador que alcanzó fama y honores por sus actos en el campo de batalla durante más de 60 años en la Guerra de Arauco (Chile) pero que, sin embargo, nunca llegó a ser tan conocido como Pedro de Valdiva, Núñez de Balboa o su pariente Hernán Cortés.

Astuto estratega y superviviente gracias a su buen conocimiento del terreno y las costumbres indias, Pedro Cortés de Monroy reclamó durante años la recompensa por sus servicios a la Corona española, pero finalmente murió pobre a los 84 años en el año 1617 y fue enterrado en Panamá de limosna y por caridad. Ahora, cuatro siglos después, La Zarza rinde "un merecido homenaje" a su figura con varias actividades y un acto institucional que ha contado con la presencia del embajador de Chile en España, Sergio Romero. Según explica el Ayuntamiento de La Zarza en un comunicado, Romero es descendiente directo de Pedro Cortés de Monroy, por lo que sus raíces familiares se encuentran en el municipio pacense.

El homenaje ha tenido lugar esta semana y los actos más destacados se desarrollaron el miércoles. El salón de plenos municipal acogió una celebración institucional a la que además de Romero, asistieron el presidente de la Conmemoración de la Historia de Chile, Sergio Martínez, el alcalde de La Zarza, Francisco José Farrona, y el historiador local Pedro Espinosa. Tras el acto, se descubrió una placa dedicada por la Asociación de Alcaldes V Centenario y el Instituto para la Conmemoración de la Historia de Chile en la calle Pedro Cortés de Monroy del municipio. En el marco de la celebración también se inauguró una exposición dedicada a la figura del conquistador carceño en el ayuntamiento.

Pedro Cortés de Monroy nació en La Zarza en el año 1533, hijo de Juan Regas (procedente de Salamanca) y de María Cortés (natural de Medellín y familia de Hernán Cortés). En 1555, a la edad de 22 años, quiso alcanzar fama y riqueza, y se alistó como soldado para combatir en Chile contra los indios araucanos. Tres años antes había muerto Pedro de Valdivia. Con 40 años, gracias a su valor militar, ascendió a capitán y se casó en La Serena con Elena de Tovar, hija del capitán Pedro de Cisternas. Prosiguió su vida militar y fue ascendido por méritos a sargento mayor; más tarde a maestre de campo y, finalmente, a maestre de campo general del Reino de Chile, llegando a convertirse en la primera figura militar de Chile. Años después de su muerte en Panamá, el rey Carlos III concedió a sus descendientes el título del Marquesado de Piedra Balanca de Huana en reconocimiento a su carrera militar.