El Consejo de Seguridad Nuclear ha dado su visto bueno a los resultados aportados por la Central Nuclear de Almaraz dentro de la primera fase de las pruebas de resistencia a las que están siendo sometidas todas las plantas atómicas del país. El organismo regulador considera que las características de diseño, el equipamiento y los protocolos de la central extremeña muestran un nivel de seguridad adecuado para hacer frente a fenómenos catastróficos como terremotos, inundaciones o accidentes graves por fallos internos (como el riesgo de fusión del núcleo). No obstante, aconseja a sus responsables que introduzcan mejoras en sus análisis y aporten información complementaria para garantizar que la instalación podría resistir, sin riesgo para el entorno, ante accidentes naturales mayores que los que científicamente se puede esperar que sucedan en la zona.

El Consejo de Seguridad remitió ayer a la Unión Europea los resultados del informe preliminar sobre las pruebas que se están realizando en España, en cumplimiento de las exigencias de Bruselas y bajo las directrices de organismos internacionales como el Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear. Los resultados son solo fruto de las primeras comprobaciones, realizadas para certificar el cumplimiento de la normativa actual y la idoneidad básica de su diseño. Pero no son determinantes. Sí lo será el informe que las seis centrales deben remitir antes del 31 de octubre sobre su capacidad de resistencia a catástrofes de gran magnitud. Entonces el Consejo de Seguridad comprobará los datos, inspeccionará las plantas y emitirá un dictamen a la UE que será analizado por equipos de especialistas de organismos internacionales y técnicos de la Comisión Europea. Las plantas que no cumplan con las exigencias se expondrán al cierre inmediato.

De momento, según el informe publicado ayer por el Consejo de Seguridad, todas las valoraciones realizadas son "correctas en términos generales". Los seis enclaves nucleares del país estarían hoy en disposición de soportar los mayores terremotos e inundaciones que, de acuerdo con los estudios sísmicos, geológicos y meteorológicos, se pueden esperar en sus territorios.

No obstante, el organismo regulador del sector en España les ha requerido mejorar la información aportada y realizar mejoras (como reforzar estructuras y componentes) para garantizar su resistencia a fenómenos que puedan alcanzar una intensidad hasta tres veces superior a lo máximo esperable.

En el caso de Almaraz, el Consejo de Seguridad avala que la central puede aguantar, sin sufrir daños graves en su diseño ni comprometer la seguridad de su entorno, terremotos de una intensidad superior a 0,21 gal (centímetros por segundo al cuadrado) en la aceleración del suelo. Pero el organismo regulador español quiere ir más allá y va a exigir a todas las plantas nucleares que acrediten su resistencia ante movimientos de tierra con una aceleración de 0,3 gal. Como referencia, el seísmo que desencadenó la catástrofe de Fukushima registró una aceleración de 0,35 gal en su epicentro. En este sentido, advierte a Almaraz en el informe de que va a comprobar los análisis realizados para aumentar su margen de seguridad. Además, le pide información complementaria sobre los incendios e inundaciones que podrían provocar estos fenómenos en sus instalaciones.

SIN RIESGO DE INUNDACIÓN

El Consejo de Seguridad además valida la resistencia de las presas de Valdecañas y Arrocampo ante terremotos de esta intensidad. Y reconoce que en caso de rotura del embalse de Valdecañas, "está asegurado" que la avenida de agua no alcanzaría a la planta energética, situada a una altitud muy superior al cauce inundable del río Tajo. No obstante, requiere algunas aclaraciones a la dirección de la central y le pide que considere también los efectos que pueden originar otros fenómenos como la nieve, los rayos, la sequía, el calor o el pedrisco.

En cuanto a la posibilidad de que un suceso de este tipo deje a la Almaraz sin suministro eléctrico (lo que puede suponer un riesgo a la hora de mantener la temperatura de los reactores), la institución considera que la central tiene varios puntos fuertes que garantizan su seguridad. Entre ellos está la instalación de un quinto generador diésel, que puede entrar en funcionamiento de forma autónoma e indistinta ante fallos en los dos generadores de emergencia que tiene cada reactor. También destaca el acceso a líneas eléctricas externas que pueden proporcionar suministro desde las centrales hidráulicas de Valdecañas, José María Oriol, Torrejón, Gabriel y Galán, Cedillo y Guijo. No obstante, el Consejo de Seguridad pide que demuestre que es posible acoplar el quinto generador diésel a cualquiera de las dos unidades, ante las dudas que genera su ubicación y diseño.

Por último, requiere a Almaraz pruebas y mejoras en aspectos como la medición del material radiactivo que emitiría si tuviese que liberar gases al exterior para evitar la fusión de los reactores, o sobre la inundación de los edificios donde están las vasijas nucleares.