El sector de la construcción en Extremadura padece un "estrangulamiento financiero brutal", según asegura la presidenta de la Federación de la Construcción de Cáceres (Fecons), Pilar Acosta, ya que aunque "sigue habiendo demanda de viviendas", las entidades bancarias "no dan ayudas" para su edificación.

Según recoge la agencia Europa Press, Acosta aclara que el origen de la crisis de la construcción se encuentra "en el sector de financiero" y, por ello, apuesta por una "necesaria" bajada de los tipos de interés, una inyección de liquidez a los bancos y un "mensaje de confianza" para la ciudadanía.

Por ello, la presidenta reclama una mayor intervención de la administración autonómica, ya que la inyección de capitales para los bancos por parte del Gobierno central "no está llegando al sector productivo extremeño ni a las familias", sino que se "está usando para tapar agujeros".

Ante esta situación y para conseguir que la liquidez repercuta en los bolsillos de los empresarios y las familias, Acosta sugiere la conversión del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en un banco nacional.

Además, solicita tanto a los gobiernos como a los medios de comunicación que transmitan un "mensaje de confianza" a la ciudadanía sobre que la "crisis se va a resolver a corto plazo". "Pensar a corto plazo nos da sentido importante a la voluntad de resistir la crisis", afirma.

Por otro lado, Acosta presenta el balance de los datos "que preocupan" al sector de la construcción en Extremadura. En esta línea, se refiere a la caída del 34,46 por ciento en la licitación de obras en la región entre octubre de 2007 y el mismo mes de este año.

En relación a las promociones terminadas en la región, manifiesta que las entidades financieras están "discutiendo un 30 ó 40 por ciento de la subrogación, por lo que no se está garantizando la subrogación al comprador".

Otro factor "preocupante", según la presidenta de Fecons, es que las empresas de la construcción en la región "no están especializadas", y están licitando obras públicas "con bajas temerarias", que en algunos casos superan al 30 por ciento del coste real, con el "peligro" de que los trabajos se "paralicen por falta de presupuesto".