Extremadura es una de las regiones españolas en las que más productos químicos se consumen con destino a la agricultura. El pasado año, los agricultores extremeños emplearon algo más de 6.500 toneladas de productos fitosanitarios en sus cultivos. El uso indiscriminado de estas sustancias pueden llegar a ocasionar alteraciones en algunos ecosistemas e, incluso, problemas en la salud pública si llegan a contaminar aguas destinadas al consumo humano.

Un reciente informe realizado por el Ministerio de Medio Ambiente señala que el 40% de los ríos extremeños tiene su cauce contaminado. Un porcentaje muy superior en la cuenca del Guadiana, sobre todo en comarcas como las Vegas Bajas y Vegas Altas, eminentemente agrícolas.

Un peligroso viaje

Estos productos que se usan en la agricultura no permanecen inmóviles, sino que, con frecuencia, realizan un viaje en el que el agua es el principal conductor. Al sobrepasar el nivel de nitratos que pueden asimilar las plantas, estas sustancias químicas se acumulan en el suelo y pueden ir a parar a los acuíferos o bien ser arrastrados por la lluvia hacia rios o lagunas.

Cuando la concentración de nitratos excede de 50 miligramos litro, el agua se convierte en no potable. Aunque puede seguir utilizándose en regadíos , lo que supone otro aporte más de esta sustancia a los cultivos, lo que crea un círculo vicioso.

La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha elaborado un código de Buenas Prácticas Agrarias (CBPA). Entre las medidas más destacadas, está el cálculo del abonado, un estudio del sistema de riego, y una instalacion de bajo consumo de agua para economizar el fertilizante.

Zonas con mayor riesgo

Las zonas en las que existe un mayor peligro de contaminación por exceso del nivel nitratos en el agua, son las Vegas del Guadiana, Campo Arañuelo, Coria, Moraleja o algunos regadíos de Jerez de los Caballeros , según Adenex.