El número de extranjeros que llega a Extremadura para trabajar durante las campañas de recogida de frutas y hortalizas en los meses de verano se reducirá a la mitad en esta campaña. Desde el año 2000, la contratación de temporeros ha ido en descenso. En esta fecha se instalaban en la región más de 3.000 temporeros. Las previsiones de las organizaciones agrarias y los sindicatos para este año apuntan a que apenas sobrepasarán las 1.500 personas, la gran mayoría procedentes de Ecuador y Rumanía, que se alojarán en viviendas facilitadas por los empresarios, ya que, pese a que aún no hay nada oficial, todo apunta a que la Junta tampoco habilitará este año un campamento.

El recorte se ha notado sobre todo por la recogida mecánica del tomate, labor que las máquinas realizan en el 90% de las cosechas, y que ha provocado que prácticamente nadie llegue desde fuera de Extremadura para trabajar, cuando hace sólo cuatro años más de dos mil personas, --la mayoría portugueses--, trabajaban en la recolección del tomate.

Sin embargo, se espera que ese recorte de personal extranjero se vea aumentado en la temporada de la vendimia y la fruta, que ya se ha empezado a recoger, y para la que "vendrán entre 2.000 y 2.500 personas, sobre todo ecuatorianos y rumanos", manifestó ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA Angel García Blanco, presidente regional de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).

Esta organización agraria ya se ha puesto en contacto con los organismos correspondientes para la contratación de estas personas, cuya gestión se hará a través del Inem, comentó García Blanco, para evitar denuncias como las que el pasado año recibió Asaja por parte de CCOO.

EVITAR GUETOS

Por otro lado, Luis Cortés, secretario regional de la organización Coag, destacó que debido a la "gran caída" en el número de temporeros "no tiene sentido poner un campamento, porque se alquilan pisos en Ribera, Villafranca o Almendralejo". Además, aclaró, "es mejor que no vengan a un sitio determinado, para evitar guetos".

En este sentido, la Consejería de Bienestar Social puso en marcha el pasado verano los programas Un respiro en campaña y Extremadura plural , que sustituyeron a los campamentos de temporeros, y por los que, por un lado, se educaba en guardería a los hijos de estos trabajadores, y, por otro, se facilitó a los ayuntamientos recursos de dinamización para estas personas.