La seguridad del espacio aéreo extremeño está "absolutamente cuestionada", según los controladores aéreos, que sostienen que en la base de Talavera la Real, entre otras, existen graves deficiencias en el control aéreo que pueden provocar situaciones de peligro para los más de 80.000 pasajeros civiles que utilizan el aeropuerto pacense.

Los controladores realizan esta advertencia en un informe elaborado por la Asociación Unificada de Militares Españoles (Aume) en colaboración con la Sociedad Española de Control del Tránsito Aéreo (Sodecta) en el que se detallan las deficiencias del tráfico aéreo civil en el ámbito del Ministerio de Defensa. El estudio analiza las ocho bases del Ejército español en las que se comparte tráfico aéreo militar y civil y entre las que se encuentra el aeropuerto extremeño de Talavera la Real --la lista se completa con las bases de Virgen del Camino (León), Los Llanos (Albacete), Matacán (Salamanca), San Javier (Murcia), Torrejón de Ardoz (Madrid), Villanubla (Valladolid) y Zaragoza--.

SITUACION INSOSTENIBLE Según recoge el informe, el aumento del tráfico civil, así como la profesionalización del Ejército y el déficit de personal militar han originado una "situación insostenible" en la gestión real del tráfico aéreo, tanto de pasajeros como de mercancías, lo que supone un riesgo para la seguridad de gran parte del espacio aéreo.

Desde Aume confirmaron ayer a este diario que la situación que se vive en todas las bases, incluida la extremeña, es "muy grave", con deficiencias en la plantilla de los controladores, jornadas laborales excesivas, poca formación y anomalías en las instalaciones --la base pacense ha sido objeto de una remodelación en pasadas fechas--, lo que genera "una gran preocupación" entre los profesionales militares.

Desde Aume indican que los turnos de trabajo por controlador oscilan entre 8 y 24 horas continuadas y que en épocas estivales, cuando se realizan los permisos vacacionales y los vuelos comerciales se incrementan, la plantilla se reduce a la mitad, por lo que las jornadas se doblan. "Las jornadas extensas y continuadas a lo largo de todo el año, incluidos los festivos, dan lugar a un gran agotamiento físico y psíquico", señala el informe, que también destaca que no existen periodos de descanso cíclicos dentro de cada turno, como establece la normativa.

De otro lado, en el estudio se insiste en la carencia de formación continuada de los controladores, advirtiendo de que "el Ejército en los últimos años ha disminuido la formación básica de un controlador a 400 horas lectivas, reduciendo el curso anterior existente, de nueve meses". A ello se suma el escaso conocimiento de idiomas por parte de los controladores militares, así como del inglés aeronáutico, que es el que se utiliza en las comunicaciones aeronáuticas.

Por todo esto, el informe destaca que cada vez más los incidentes de escasa entidad se producen casi a diario, entre ellos "maniobras de evasión, confusión de instrucciones a aeronaves civiles, tensiones en la frecuencia, fallos de coordinaciones en las transferencias de tráficos entre diferentes controles (militar y civil), que, junto al continuo fluir de plantillas ante los cambios a destinos más cómodos, hacen que el panorama sea desolador".