La caída del precio está siendo el ‘mejor’ aliado para disuadir a los ladrones de los robos que marcaron la campaña pasada, y sobre todo las dos anteriores, durante la recogida de la aceituna de almazara en la región. La situación a la baja del mercado no es una buena noticia por sí misma para los agricultores, pero todos los consultados por este diario y las organizaciones agrarias coinciden en que, junto a la vigilancia de la Guardia Civil y los controles que impuso el decreto de trazabilidad que se aprobó en 2016, está siendo un factor determinante para el desarrollo de esta campaña. Lo constata la Guardia Civil, que reconoce que las intervenciones y denuncias por los robos en los olivares se han reducido este año.

Las principales actuaciones correesponden ya a 2019 pasado el ecuador de esta campaña. Una se produjo el pasado domingo, cuando la policía local de Badajoz detuvo a tres personas tras interceptar otros tantos vehículos con 2.100 kilos de aceitunas, robadas presuntamente de una finca de Alcazaba. Fue la Guardia Civil alertó del presunto robo a los agentes de la policía ya que se dirigían a la ciudad. Unos días antes, los agentes interceptaron también a otro vehículo con 800 kilos de aceitunas, presuntamente sustraídas también de una explotación agrícola próxima a Badajoz.

menos denuncias/ «Se están recibiendo menos denuncias, hay menos intervenciones y lo que nos trasladan los agricultores es que, efectivamente, se están produciendo menos robos», confirman fuentes del instituto armado. En todo caso, se mantiene el despliegue de los Equipos ROCA que se autorizó hace tres años para vigilar las explotaciones agrícolas y tratar de poner ‘puertas al campo’ ante las oleadas de robos. Hay siete unidades en la provincia de Badajoz y otras tantas en Cáceres, cada una de ellas con 35 efectivos. «El decreto de trazabilidad también ha contribuido a mejorar la situación», añaden.

«Robos hay, pero es cierto que este año no estamos en las cifras de otros años, no hay más que ver que no se ha hablado del tema», señala Juan Metidieri, dirigente de Apag Extremadura Asaja. En todo caso, algunas de las zonas que más problemas han tenido tradicionalmente están aún en plena recolección.

«Los efectos del decreto se notan, pero también el precio tan bajo, que está teniendo un efecto disuasorio, porque quienes roban, no lo hacen si no van a tener un rendimiento real»·, apunta Antonio Prieto, dirigente de UPA.

La vigilancia (tanto de la Guardia Civil como de la guardería privada y las propias patrullas de olivareros) ha incrementado el control sobre las explotaciones en estos últimos años, y el decreto de trazabilidad que se aprobó en 2016 está dificultando que el fruto sustraído pueda tener alguna salida en las almazaras, por la obligatoriedad de certificar la procedencia y titularidad de la explotación de la que han salido las aceitunas. Junto a eso, la caída de precios, hasta casi la mitad de lo que se llegó a pagar el año pasado (llegaron a estar en 70 céntimos el kilo, frente a los 33 que se paga este año), que lo sitúa muy por debajo de lo que correspondería a la situación mundial: los otros países productores (Grecia, Italia, Marruecos...) no tienen grandes cantidades de aceite acumulada y eso debería repercutir en mayores precios en origen, algo que no está sucediendo.

Olivareros y organizaciones agrarias lo atribuyen a «pura especulación», principalmente de las grandes marcas oleícolas, que son las que se quedan con el 80% del aceite que se produce a nivel nacional y que imponen un precio a la baja para aumentar los beneficios.

La recogida de la aceituna de almazara se encuentra ya al 70% y la estimación de las organizaciones agrarias es que la producción de aceite pueda estar entre las 60.000 y las 70.000 toneladas este año, ligeramente por debajo del año anterior (la producción se cerró en 78.000 toneladas) aunque con una gran calidad

a la baja/ «No hay remanente, no hay stock en las almazaras ni en las industrias. No vemos ninguna motivación para que haya precios tan bajos y la única que se nos ocurre es la especulación. Que las grandes empresas están especulando con precios a la baja para que las almazaras se llenen de aceite y luego tengan que acabar vendiendo a cualquier precio para poder seguir cogiendo aceitunas que poder molturar», señala Antonio Prieto, responsable de ganadería y olivar en UPA.

Juan Metidieri, dirigente de Apag Extremadura Asaja apunta a otra cuestión: «el año pasado las previsiones eran muy malas por la falta de lluvias y este año sin embargo se empezó con una previsión a la baja que después se ha ido mejorando, lo que está influyendo en esa contención en los precios medios», afirma.

Para el dirigente de Coag, Juan Moreno, «el precio de esta campaña está rozando los costes de producción y es algo inasumible. Para pagar un jornal hacen falta unos 150 kilos de aceitunas». Añade: «si la caída de precios que afecta al agricultor no se está trasladando a los lineales, alguien está ganando».

líder mundial/ España concentra el 75% de la producción europea de aceite y el 55% de la producción mundial y Extremadura es una de las principales productoras de la aceituna que se destina a almazara En la región hay con 257.000 hectáreas dedicadas a la aceituna de almazara, solo por detrás de Andalucía (el mayor productor nacional con más de 1,4 millones de hectáreas) y Castilla-La Mancha (tiene 420.000 hectáreas de cultivo). Entre las tres aglutinan más del 80% de la superficie destinada a este cultivo en España (2,4 millones en total) y es uno de los principales sectores agrícolas en la región. Hay 134 industrias de prensado aunque la mayoría son de pequeña dimensión, por lo que muchas de las olivas que se recogen en la región terminan en otras factorías, principalmente de Andalucía, indican fuentes del sector.