Los universitarios extremeños han contado este año con una iniciativa novedosa, llegada a la región con la vocación de convertirse en una alternativa de alojamiento a los tradicionales colegios o los pisos universitarios . Se trata del Programa Vive y Convive, un proyecto puesto en marcha por la Obra Social de Caixa Catalunya, que propone la convivencia entre jóvenes estudiantes y ancianos que presenten problemas de soledad o tengan necesidad de compañía.

Sólo cinco regiones --Cataluña, Islas Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana y Madrid-- participaban hasta este año en el proyecto, al que ahora se ha sumado Extremadura, a través de la Uex, que durante el último curso ha ofrecido esta opción de alojamiento a sus estudiantes de los campus de Cáceres y Badajoz.

Dos parejas

"No buscamos un perfil concreto ni en jóvenes ni en ancianos, aunque lógicamente sí exigimos que ninguna de las dos partes necesite depender de la otra porque se trata de que convivan no de que uno deba asisitr al otro", explica Ignacio Rubio, uno de los psicólos que se ocupa del programa en la región.

En esta primera toma de contacto con el programa se han formado dos parejas entre todas las solicitudes que se presentaron desde que se inició el curso --diez por parte de los alumnos de la Uex y siete de ancianos-- y que se han sometido a estudio. Para la organización el balance es muy positivo porque "el grado de satisfacción de las dos parejas es elevado", indica Rubio.

La admisión por parte del programa incluye una serie de entrevistas previas, un mes de prueba en la convivencia y un seguimiento continuo por parte de los organizadores a través del teléfono. "La convivencia entre un joven de unos veinte años y una persona de casi ochenta puede resultar difícil, y crear desencuentros por causas nimias como el hecho de compartir el baño o la cocina", argumenta el psicólogo. "Afortunadamente no se ha producido ningún problema grave entre ninguna de las parejas" concluye.

Espíritu solidario

Almudena Alonso (23 años), una de las participantes en el Programa Vive y Convive este año en la región. Desde el mes de octubre se ha alojado en la vivienda de Juana Ruiz (85 años). Gracias a esto no ha tenido que costearse el alquiler de un piso --el programa lo cubre-- y además ha recibido una beca de 480 euros por parte de la fundación.

"La convivencia ha sido muy positiva, y me ha permitido centrarme en mis estudios", asegura la joven. Juana también está contenta con su compañera de piso: " Me ha hecho mucha compañía y me ha ayudado en aquellas cosas que no puedo hacer, como leer"

Y el programa sigue creciendo, para el próximo curso, ya hay una nueva pareja intergeneracional esperando el inicio de las clases.