El cooperativismo agroalimentario es una importante parte de la economía social de Extremadura, donde este movimiento está representado por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura como federación que aglutina a las cooperativas agrícolas y ganaderas y a su industria alimentaria para impulsar su competitividad.

Esas cooperativas desempeñan un papel fundamental en la economía y el desarrollo rural de Extremadura, marcado aún más por su perfil social de estas empresas y los valores de igualdad, democracia y solidaridad en los que se asientan las empresas de economía social.

Así, las 166 cooperativas asociadas a Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura generan más de 3.100 empleos directos en la región, lo que representa el 3% del empleo total nacional en cooperativas, que asciende a 102.000 trabajadores. Un dato que evidencia la importancia de estas empresas de economía social, acrecentada además por el hecho de que esos empleos suponen el 9% del total de la población activa de la región al sumarle los más de 32.000 agricultores y ganaderos socios de esas cooperativas.

Todo ello manifiesta que las cooperativas agroalimentarias extremeñas son una oportunidad de desarrollo económico y contra la despoblación, ya que ofrecen servicios y crean riqueza y empleo en el medio rural, garantizando además unas condiciones de trabajo socialmente responsables, ya que como empresas de economía social tienen a las personas como lo primero, mejorando su calidad de vida y fomentando la incorporación de jóvenes y mujeres a las cooperativas.

Es precisamente el compromiso de los agricultores y ganaderos lo que ha impulsado el desarrollo de las cooperativas de Extremadura y, con ello, el de la región, ya que son ellos quienes constituyen las cooperativas para poner en común su producción para su comercialización.

La igualdad es la base de las cooperativas agrícolas y ganaderas de Extremadura, que cuenta con equipos técnicos de trabajadores muy preparados y competentes, pudiendo presumir de tener la mayor red de profesionales en el campo, preocupados por la sanidad vegetal y el bienestar animal para producir alimentos de calidad y seguros que lleguen al consumidor.

De este modo, como empresas de economía social, las cooperativas agrícolas y ganaderas son sinónimo de riqueza y de empleo, contribuyendo con ello a mantener el desarrollo demográfico en el medio rural.

Gran parte de la población extremeña vive en pueblos y la única empresa que existe en muchos de ellos es la cooperativa. Las cooperativas agroalimentarias se encargan de velar por la biodiversidad, de dar a la sociedad alimentos de calidad y de garantizar numerosos servicios a los que, de otra forma, esa población no tendría acceso.

Unos objetivos por los que trabaja Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, promoviendo así el asociacionismo y la integración cooperativa para fortalecer al sector y hacerlo aún más competitivo.