La Feria Ibérica de la Alimentación (Fial) que se celebra en Feval (Don Benito) acogió ayer degustaciones de exquisiteces regionales: cordero extremeño, queso de la Denominación de Origen Queso de La Serena y Ternera de Extremadura. Alrededor de 200 personas participaron.

La degustación del cordero estuvo organizada por el Consejo Regulador de la Denominación Específica Corderex en colaboración con el grupo El Arbol. Esta degustación estaba referida al convenio firmado el jueves entre Corderex Oviso (entidad comercial adscrita a Corderex) y El Arbol. Mediente esta firma el grupo de supermercados se comprometió a adquirir y distribuir en exclusiva canales de cordero certificados bajo el sello de calidad de Corderex.

En este sentido, Raúl Muñiz, director técnico de Corderex, señaló que la degustación estaba abierta a todo el público para mostrar la calidad del cordero de Extremadura e impulsar su consumo. Para ello se degustó embutido de cordero certificado por el consejo regulador y una caldereta típica extremeña. "Es una carne exquisita, muy tierna y con un sabor muy agradable. Además es la más sana que hay porque tiene poco colesterol y poca grasa". Además, recordó que Extremadura es la principal productora de cordero de España, con una gran tradición y que proviene de una raza merina que se cría en las dehesas extremeñas, lo que le imprime una calidad y textura que no tienen otros corderos. "Nosotros, además, certificamos que se sacrifica con menos de 80 días de vida y unos pesos justos".

QUESOS DE LA SERENA La degustación de la Denominación de Origen Queso de La Serena fue ofrecida por la empresa Arteserena. Se distribuyeron más de 250 porciones de queso, que se presentaron untadas en panecillos. Los presentes pudieron apreciar no solo los matices de este queso cremoso sino también aprender los principios básicos de su elaboración.

Este queso se elabora con leche cruda de oveja merina que se coagula con yerbacuajo (cardo silvestre conocido como Cardunculus cynara). Para obtener la cremosidad y el resultado final de este exquisito producto se cuaja la leche a una temperatura reducida de entre 25-30 grados. Cada pieza se sala de forma manual e individual con sal marina. Finalmente el queso se cura durante 60 días en cámaras de oreo, volteándose diariamente.

Rubén Alameda, director comercial de Arteserana recomendó ayer cuál era la mejor forma de consumirlo: mantenerlo a temperatura ambiente para oxigenarlo y airearlo, abrir la torta por arriba a modo de tapa, remover para obtener una mayor uniformidad y untar el queso en el pan. Sin embargo reconoció que "en hostelería marida muy bien con carne, pescado, fruta y frutos secos; es un producto muy agradecido".