Cooperativas Agroalimentarias cifró ayer en 6.000 las hectáreas de cultivo que se han visto afectadas en Extremadura por la crecida de los ríos, lo que considera preocupante porque las abundantes lluvias y los desembalses han causado "cuantiosas pérdidas" en el campo cuando debían iniciarse las campañas.

La organización explica que aún es pronto para evaluar el deterioro de las parcelas, pero señala que ya se visualizan el arranque y muerte de las plantaciones, el arrastre de canales y acequias o la desaparición de caminos, además de otros daños indirectos como la imposibilidad de cumplir los contratos de siembra establecidos con la industria de cultivos como la patata o el brócoli. Según Cooperativas, los frutales y el tomate (aún no se ha podido sembrar) son las variedades más afectadas, pero también habla de la pérdida de tierra arable y fértil debido a la virulencia con la que el agua ha entrado en las parcelas y subraya como otro de los problemas la falta de tiempo para arreglar los canales de riego y acondicionar terrenos.

Aunque el momento en el que se han producido los daños deja poco margen de maniobra, el colectivo afirma que los agricultores de la región confían en que el año pueda salvarse.