«No hay actividad ninguna. Sin movilidad, no puede haberla», resume Montserrat Fernández, directora de Viajes Suroeste, en Cáceres. «No entra nadie», apostilla. Apenas un puñado de personas han cruzado las puertas de su oficina desde que esta retomó la actividad con el inicio de mes. «Solo hemos vendido unos billetes de autobús a Badajoz, para gente que tenía que ir obligatoriamente, y luego están los que nos preguntan que cuándo se va a poder viajar o ir al extranjero, pero nosotros estamos igual que ellos...», aclaraba a mediados de esta semana.

Así que estos días realizan desde la agencia básicamente lo mismo que han estado haciendo los dos últimos meses desde casa: tramitar las cancelaciones motivadas por el estado de alarma e intentar agilizar lo máximo posible los reembolsos para sus clientes.

De momento no han recibido peticiones de cancelación por iniciativa de los consumidores. Desde enero tienen vendidos viajes para la República Dominicana y Alemania, programados para inicios de julio y agosto. Estos clientes siguen «con la intención de viajar», a expensas, eso sí, de que para entonces los desplazamientos estén permitidos. «Nuestra recomendación para ellos es que se esperen, porque la compañía aérea es la que manda, y si ella cancela, va a hacer el reembolso total. Y si se puede viajar ya, pues perfecto», incide la directora de Viajes Suroeste.

También han mantenido los viajes de dos parejas que han aplazado sus bodas a abril del año próximo y que pasarán la luna de miel en el mismo destino que tenían planeado. Pero el resto de novios que están empezando a preguntar lo hace ya «a año y medio y a casi dos años vista, pidiendo presupuesto para septiembre o para octubre del 2021».

«Estoy muy pesimista y creo que el año está perdido totalmente. Aunque luego se pueda empezar a viajar a partir de septiembre o de octubre, mucha gente no va a pensar ya en vacaciones, porque ya empiezan los colegios, el trabajo... Y en invierno, lo que es en Cáceres, no hay costumbre de viajar».