Más de 2.000 familias han sido atendidas por los trabajadores sociales y los psicólogos de Cruz Roja en lo que llevamos de año en Extremadura. La crisis económica ha resentido a muchas familias y a otros tantos ciudadanos residentes en la región.

La necesidad de apoyo psicológico y ayuda para evitar caer en una depresión o en ansiedad, es cada vez mayor. "Lo más duro, es verles venir con los niños" decía Vicente Mangut, responsable de organización de Cruz Roja de Cáceres. El problema que se registra en nuestra región, para la atención de estos potenciales pacientes del área de Salud Mental, es la inexistencia de programas concretos para las personas afectadas psicológicamente por la recesión.

En otras comunidades autónomas, como es el caso de Cataluña, se ha puesto a disposición de los ciudadanos que lo necesiten, grupos de ayuda en los Centros de Atención Primaria (CAP). Muchos extremeños que se encuentran en una situación de desigualdad social similar, tienen este tipo de problemas. Cuando se solicita información al SES a cerca de la incidencia de pacientes que acuden al área de salud mental, no se tiene ningún tipo de constancia de programas concretos para paliar estos hechos, ni tampoco se ha realizado un estudio para conocer si el aumento de pacientes que tienen, ha sido por estos motivos. Los ciudadanos afectados por la crisis no están presentes dentro de la sanidad pública, no se les tiene en cuenta. La mayoría de estos servicios tan necesarios actualmente son ofrecidos por las ONG o por los servicios sociales de los ayuntamientos de las diferentes localidades, que se están viendo abrumados.

Tanto Cáritas como Cruz Roja, han afirmado que sus "trabajadores sociales y psicólogos están desbordados. A diario llega mucha gente que necesita desahogarse y concretar una situación en la que no se habían visto antes, es muy duro, no saben que hacer", afirmaba Vicente Mangut.

También ayuntamientos como el de Cáceres afirmaban sentirse impotentes ante la cantidad de peticiones de ayuda que habían recibido, de las que han atendido a todos los que han podido. Afirman que hasta la fecha, el ayuntamiento ha abierto casi 400 expedientes nuevos. Cuando se pregunta a las asociaciones e instituciones oficiales a cerca de este tipo de ayuda que necesitan los afectados, todos concuerdan en algo: se encargan de ellos las ONG y los ayuntamientos, hasta donde pueden.

Vicente Mangut añadía que en diciembre de 2012, el número de atendidos era de 828 personas y que a principios del mes de julio superaban las 1160. El aumento de demanda de ayuda psicológica por los usuarios afectados, da una idea general de la necesidad que hay para la creación de este tipo de programas de apoyo.

Julia Rodríguez, psicóloga, afirmaba que "las personas que están sufriendo la crisis tienen más ansiedad y depresión, y que la mayoría recurren a la sanidad pública, en la que en muchos casos, sólo se les dan medicamentos, que funcionan como una tirita, de forma circunstancial. La gente necesita grupos de ayuda, y que se los proporcionen de forma gratuita, porque los que se ofrecen en las consultas privadas son adecuados pero no están accesibles".

Mangut contaba que, todos estos servicios se pueden realizar gracias a las donaciones y aportaciones de los socios. Lo mismo ocurre en Cáritas. Sin embargo, los servicios de los ayuntamientos (IMAS en Cáceres o IMSS en Badajoz) que se han incrementado en el último año hasta en un 50%, son los únicos que se realizan con ayudas públicas. Además están coordinados con las ONG de la zona para optimizar los recursos y hacer posible una mayor cobertura.

Manuel Rodríguez, responsable provincial de Plataforma por la Renta Básica en Cáceres, decía que tienen un grupo de apoyo a título personal, formado por los propios miembros de la asociación que son psicólogos. Han dado apoyo a muchas personas que se han encontrado en situaciones como desahucios, además de asesorarles y ayudar a sobre llevar su nueva situación.

Los estudios para determinar si la crisis económica afecta psicológicamente a a la población con una mayor prevalencia, han sido concluyentes, pues se puede afirmar que la situación actual está incrementando de manera exponencial las enfermedades mentales.

El European Journal of Public Health, una revista de carácter médico centrada en los problemas sanitarios de Europa, ha publicado un informe, realizado por Margalida Gili, profesora del IUNICS de la Universidad de las Islas Baleares. En el informe se recogen las consecuencias que está causando la economía en la salud mental de los ciudadanos españoles.

Este estudio publicado en 2012, compara el análisis psicológico, y los datos oficiales sobre pacientes con transtornos mentales y suicidios, realizado en dos periodos de 2006 a 2007, antes de la crisis y de 2010 a 2011, durante la crisis, en España. Se reflejan en él todas las consecuencias psicológicas y psiquiátricas derivadas de este hecho. Los transtornos más significativos y con una mayor incidencia son: el depresivo con un aumento del 19,4%, la distimia con una subida del 10,8%, la ansiedad con un 8,4%, el transtorno somatomorfo con un 7,3% y la dependencia de alcohol con un 4,6%.

De esto se deriva una conclusión clave, la situación de desempleo constituye un mayor riesgo con respecto a los problemas de salud mental analizados.

La crisis también es una de las principales causas del suicidio, llegando a cifras de hasta 2000 suicidios al año. Gili añade que, estos hechos son "una pescadilla que se muerde la cola": la crisis económica, provoca una reducción de presupuestos y gasto sanitario, por lo que aumenta la carga de enfermos de salud mental, lo que hace aumentar el gasto sanitario y social, por lo que se vuelve a agravar la crisis.