Han relegado a un segundo plano actividades cotidianas como barrer, fregar o planchar para dar un empujón a la economía familiar ante las malas perspectivas en su hogar. Esta es una de las motivaciones de las más de 14.000 extremeñas --14.900 en concreto--, dedicadas a las labores del hogar que han dejado de ser inactivas --es decir, que se han dado de alta como demandantes de empleo-- desde que comenzó la crisis económica.

En concreto, según los datos de la Encuesta de Población Activa, en el primer trimestre del 2008 dedicadas en exclusiva a las tareas domésticas se encontraban 138.100 mujeres de la región, una cifra que en los tres primeros meses de este año se sitúa en 123.300, por lo que este colectivo se ha reducido un 11% en apenas tres años. Pese a que esta encuesta del INE no diferencia el género de las personas que se dedican al hogar comunidades, a nivel nacional donde sí se detalla, la presencia masculina en este cometido es muy reducida, de un escaso 5%, por lo que la figura del ama de casa sigue considerándose mayoritariamente femenina.

Pese al empuje de estas mujeres, su salida al mercado no ha venido acompañada por el éxito. De momento, para lo que parece que está sirviendo más bien es para incrementar la tasa de desempleados. Y es que mientras se ha reducido la tasa de inactivas se ha incrementado la cifra de mujeres activas que --con estas casi 15.000 amas de casa y con las jóvenes que empiezan a buscar un trabajo-- ha crecido un 10% en Extremadura en los últimos tres años, ´animando´ el importante incremento de la tasa de paro femenino, que en los últimos tres años ha crecido un 30%. Así, la cifra de paradas ha pasado de 41.000 en el 2008 a las 59.600 registradas en los tres primeros meses de este año, mientras se ha mantenido el empleo femenino, sin destrucción: en el primer trimestre del 2008 había 148.900 extremeñas con empleo y en el mismo trimestre de este año eran 149.100.

TRABAJO IRREGULAR El desempleo, la incertidumbre entre los miembros del hogar y el temor a caer en la exclusión social en familias que tienen a todos sus miembros en paro --más de mil en la región actualmente-- alientan a estas mujeres a conseguir recursos adicionales, en su mayoría con empleos de baja cualificación, en condiciones precarias y en sectores muy feminizados, lo que estimula la economía sumergida. De hecho, uno de los índices más altos de trabajo irregular se encuentra en las empleadas de hogar, por lo que la cifra de amas de casa que buscan empleo superan las casi 15.000 que recoge la EPA. Así lo constatan la Agencia de Grandes Empresas de Trabajo Temporal y los sindicatos. Según la secretaria de Igualdad de CCOO, Teodora Castro, ante la crisis "las familias sienten más la necesidad de que todos sus miembros salgan a la búsqueda activa de empleo y con la llegada de la mujer se incrementa la tasa de paro porque el mercado no está preparado para absorber la mano de obra femenina, las que lo consiguen se encuentran con mayor precariedad laboral, bajos salarios y contratos a tiempo parcial", apunta. Es la situación que también dibuja la secretaria de Igualdad de UGT, Ana Santos, "más ahora con las campañas agroalimentarias".

La situación esperan que mejore con la reciente incorporación del empleo doméstico en el régimen general de la Seguridad Social, pero las perspectivas no son muy halagüeñas. "La reforma laboral incentiva la precariedad del colectivo femenino. Ahora se estimula a las empresas que contratan a mujeres pero con un despido tan barato, rotan constantemente", critican.