Hubo un tiempo en que se convirtió en una 'tendencia' más que habitual que los usuarios crearan en los bancos lo que se conoce como la 'cuenta vivienda'. Fueron, sobre todo, parejas jóvenes que pretendían convertirse en propietarios por primera vez y querían hacerlo mediante un sistema que, a priori, les facilitaba el camino a seguir.

La fórmula consistía en una desgravación fiscal del 20% a cambio de que estos clientes adquirieran el compromiso de, en un plazo máximo de tres años, comprar una casa. La oferta era llamativa --de hecho, atrajo a mucha gente-- hasta que llegó la peor cara de la crisis económica y esas parejas jóvenes se quedaron sin empleo, con sueldos muy reducidos o con una precariedad laboral sin garantía de futuro, de tal manera que para ellos se convirtió en inviable que las entidades bancarias les permitieran una hipoteca con la que hacer frente a la compra del supuesto inmueble.

De este modo, estas personas no pudieron llevar a efecto su compromiso de adquirir una vivienda, por lo que han tenido que asumir una multa así como devolver la parte que se desgravaron. Lo explica Pedro Pérez, de la Fundación Laboral de la Construcción: "Es Hacienda quien les reclama esa desgravación con la multa correspondiente, porque al fin y cabo, es como si hubieran cometido fraude, cuando lo cierto es que han perdido la capacidad económica por diversos motivos, principalmente por la pérdida de empleo".

Otra huella más del boom inmobiliario y las consecuencias de la crisis, que afectan principalmente a la precariedad económica y laboral.