Las rupturas matrimoniales no solo tienen un coste emocional, también suponen un impacto económico: abogados, pensiones, reparto de bienes, gastos asociados a una nueva vida... Por eso, en tiempos de crisis, hay menos parejas que se atreven a dar el paso. Así lo indican los expertos y lo corroboran las estadísticas. En el 2009, el número de divorcios y separaciones, tanto en Extremadura como a nivel nacional, volvió a reducirse, sumando ya tres años consecutivos de descenso y dejando la cifra anual de disoluciones conyugales en niveles similares a los del 2003, cuando todavía no había entrado en vigor la nueva ley del divorcio, que simplificó los trámites y disparó los casos.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público ayer los datos de rupturas matrimoniales durante el último año. Según este organismo, 1.877 parejas extremeñas rompieron su relación durante el 2009. Esto supone un 5% menos de divorcios y separaciones respecto al año anterior, en el que ya se había registrado un descenso. Pero realmente la tendencia negativa se inició en el 2007, coincidiendo con los primeros impactos de la crisis económica.

Por eso, organizaciones como la Unión Nacional de Asociaciones de Familias (UNAF) aluden a este factor --la recesión-- como elemento decisivo que explica el paulatino descenso de rupturas matrimoniales. "El poder adquisitivo de las familias no es el mismo y muchas prolongan la situación en la que viven antes de afrontar los efectos de la crisis. Ojalá el descenso fuera porque hay más amor, pero la realidad, lo que nos hacen llegar las familias, es que se debe a la crisis y en cuanto esta situación pase, las cifras volverán otra vez a estar como antes", señala Juana Angulo, presidenta de esta organización.

Lo cierto es que la coyuntura económica ha coincidido con un claro cambio de tendencia en este ámbito. Porque durante las últimas décadas, hasta el 2007, la cifra de rupturas matrimoniales no paraba de aumentar. De hecho, el 2006 se convirtió en un ejercicio récord en divorcios y separaciones, tanto a nivel regional (2.436) como a escala nacional (145.919). Pero desde entonces la línea es descendente.

La misma tónica se ha registrado en el resto del país, salvo en Murcia, donde han aumentado ligeramente (3.148 disoluciones, 109 más que el año anterior). En términos absolutos, Cataluña y Andalucía son las comunidades autónomas donde más casos se producen (más de 19.000 en cada una), aunque si se atiende a la tasa de disoluciones por cada mil habitantes, Canarias y Melilla se convierten en los territorios con más rupturas (2,83 y 3,04 divorcios y separaciones por cada millar de ciudadanos). En este caso, Extremadura tiene uno de los índices más bajos del país (1,70), junto a Castilla-La Mancha y Castilla y León. La tasa nacional está en 2,27.

MAS DIVORCIOS Como ocurre desde que entró en vigor la reforma de la ley del divorcio --también conocida como ley del divorcio express y en aplicación desde el 2005--, los divorcios se han convertido en el trámite al que más se recurre a la hora de romper una relación conyugal. En nueve de cada 10 casos se opta por esta vía. Según los datos del INE, de las 1.877 disoluciones notificadas en Extremadura en el 2009, 1.670 fueron divorcios, 201 separaciones y además se concedieron seis nulidades.

La mayoría de las parejas opta por la ruptura de mutuo acuerdo (60%) y, aunque desde el Foro de la Familia consideran que persiste "un efecto de vanalización del matrimonio", lo cierto es que hay menos casos de disoluciones durante los cinco primeros años de convivencia matrimonial: en 1999 esta situación se daba en uno de cada cinco divorcios y separaciones (20%), y ahora está en el 11%.