Ni una trama de piratas llegará a estar nunca suficientemente agotada, ni las batallas marinas habrán sido rodadas jamás de todas las formas imaginables, ni una saga de éxito alcanzará nunca por cuenta propia su punto final. Así que, ¿por qué no la tercera entrega de la serie que arrasó en el 2003 y 2006? Gore Verbinski (director) y Jerry Bruckheimer (productor), responsables de las dos partes, convierten una excusa comercial en una alegría para el aficionado al cine de palomitas y espectáculo por la vía de la fantasía y el recurso a un guión planteado como un juego de muñecas rusas: siempre hay una última navajada por la espalda entre los protagonistas capaz de mantener viva la curiosidad del espectador cómplice de este tipo de ficción.