El Centro Tecnológico Agroalimentario Extremadura (Ctaex), tras 18 años de investigación y desarrollo, se ha convertido ya en toda una referencia nacional para las empresas agroalimentarias que quieren mejorar su producción en campo o testear un alimento nuevo.

Con más de 100 proyectos desarrollándose actualmente en sus instalaciones de Villafranco del Guadiana, y casi medio centenar de trabajadores, la mayoría investigadores, Ctaex contribuye de forma decisiva a la mejora de la economía regional y nacional. Su papel es clave en un contexto en el que el cultivo de regadío apenas tiene márgenes comerciales y cada vez los consumidores demandan más productos que les sorprendan y sean a la vez respetuosos con el medio ambiente.

José Luis Llerena, director de Ctaex.

En una región donde la micropyme reina, Ctaex lidera, por ejemplo, el cultivo del cáñamo industrial a través de un proyecto suprautonómico, o estudia el aprovechamiento integral de los subproductos para la elaboración de fertilizantes, en la que es la más ambiciosa iniciativa de economía verde y circular de Extremadura. Se trata del proyecto europeo iCirBus 4industries, cuyo objetivo principal es ayudar a resolver los problemas de gestión de los residuos procedentes de las plantas de biomasa (cenizas volantes) y de las plantas de tratamiento de agua (lodos de depuradora), con un impacto importante en el medio ambiente.

Ana Serrano, responsable de Transferencia Tecnológica en la sala de cata.

De Ctaex han salido desde los famosos ‘Chachos’, elaborados con chocolate y jamón, hasta la conocida ‘Maimonesa’, una salsa de mesa tipo holandesa, por solo citar dos ejemplos muy conocidos de los consumidores.

El año 2017 se cerró con 108 proyectos realizados, de los cuales 43 correspondieron a Investigación de Fondos Públicos, 16 a Transferencia Tecnológica, 5 a Formación, 32 a Investigación con Fondos Privados, y 12 a Servicios de Alto Valor.

Alfonso Montaño,coordinador de Grupos de Investigación.

Ctaex nació a principios del 2000 como una asociación empresarial coincidiendo con un cambio de tendencia en la Política Agraria Comunitaria. En ese momento los agricultores comenzaron a interesarse por la industria del tomate y, paralelamente, Nestlé dejó sus instalaciones en Villafranco del Guadiana, que fueron adquiridas en enero de 2001 para instalar el centro.

Juan Manuel López y Gonzalo Guijarro, creadores del vino enriquecido.

Una de las claves de Ctaex es que no depende de las ayudas públicas para su funcionamiento, siendo el único Centro Tecnológico Nacional del suroeste español y el único de la región. Eso significa que en su consejo de gobierno están representadas las empresas. La mayoría de su financiación (el 95%) cumple exigentes requisitos de competitividad.

Algunos de los productos desarrollados en Ctaex, como los 'Chachos'.

Además, Ctaex es el único Centro Tecnológico del país con finca experimental de 23 hectáreas donde se hace agricultura sostenible, que busca el aumento de la productividad con el máximo respeto medioambiental. Una de sus principales áreas de trabajo es la aplicación de las TICs en la agricultura.

Una planta piloto muy versátil ayuda al desarrollo de tecnología alimentaria. Allí se tutela a pequeñas empresas en la búsqueda de sus nuevos productos, así como se identifican sus características nutricionales.

Otra gran línea de trabajo es el aprovechamiento de los subproductos, como los huesos de las cerezas o los procedentes de la elaboración de aceite de oliva, por ejemplo.

Ctaex se financia gracias a las cuotas de los socios, a proyectos propios, a ofrecer servicios de alto valor para empresas (analíticas, asistencias técnicas privadas, análisis sensorial, estudios de conservación, formación) y a proyectos para empresas sufragados por fondos públicos. Para ellos Ctaex desarrolla toda la I+D y busca fondos nacionales y europeos.

En Ctaex trabajan casi 50 personas, de las cuales 19 son investigadores, y tiene un equipo potente de apoyo a la I+D. Ningún departamento está externalizado y todos los trabajadores mantienen un especial lazo emocional con el centro.

Los más potentes grupos empresariales del tomate, del aceite de oliva y los grandes grupos cooperativos forman parte de Ctaex. «Hemos aprendido sobre todo a ser una organización flexible en alianzas y que se amolda al cliente, a las empresas. Les apoyamos con servicios de I+D adaptados a cada caso, en base a las características de la empresa y a la naturaleza de la asistencia técnica», puntualiza José Luis Llerena, director de Ctaex.

Llerena destaca también el apoyo que recibe Ctaex de inciativas como la Oficina para la Innovación, a través del Programa de Difusión de la Ciencia y la Tecnología en Extremadura, que impulsa la Secretaría General de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Junta de Extremadura y financia Europa a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. "Son iniciativas como esta las que ayudan a que la actividad de los centros de I+D como Ctaex tengan visibilidad, facilitando la relación con los medios de comunicación e induciendo el interés por lo que hacemos".

PROYECTOS PLURIANUALES / Actualmente, Ctaex se decanta por los proyectos plurianuales, buscando la diversificación del sector agrario. «El gran problema de la empresa agroalimentaria es la atomización del sector: Por eso necesita de los centros tecnológicos para que le ayuden a hacer I+D, pero no solo en el sentido técnico, sino también para inspirarles. Para la micropyme somos una gran oportunidad. La respuesta de Ctaex ante la crisis fue la diversificación de los fondos y de los clientes. Hemos buscado fondos fuera de grandes grupos, que inviertan independientemente de las convocatorias de ayudas. En estos momentos hay que ayudarse de los centros tecnológicos, que somos estructuras pensadas para estar muy cerca de las empresas», añade José Luis Llerena.

Ana Serrano, responsable de Transferencia Tecnológica de Ctaex, explica cómo es el desarrollo de un producto agroalimentario: «El cliente puede pedirnos modificar un producto que ya tiene en sus lineales o sacar algo nuevo partiendo de una materia prima que quiere aprovechar. Nosotros le asesoramos, bien aquí o nos nutrimos de un tercero porque tenga una tecnología de la que nosotros no disponemos. Desarrollamos el producto y hacemos todos los análisis pertinentes físico-químicos, microbiológicos y sensoriales para que una vez en el mercado sea un producto seguro y aceptado por el consumidor. Ctaex le da cobertura durante todo ese proceso».

MIRADA AL EXTERIOR / Los mercados exteriores están en el punto de mira de muchos de esos desarrollos. «Nos obcecamos en nuestros gustos y nuestra forma de consumir, pero hay que pensar en adaptarse a los países donde llevamos nuestra materia transformada. En el caso de los aceites, por ejemplo, pensamos que hay que tomarlos líquidos, cuando en Portugal se consumen muchas margarinas. También podemos pensar en aceite de oliva en lonchas, como hicimos hace diez años. No tenemos que quedarnos en la primera transformación ni en las recetas tradicionales. Cuando llegamos a un nuevo mercado tenemos que pensar en el tipo de envase y formato, color de etiqueta», indica Alfonso Montaño, coordinador de Grupos de Investigación de Ctaex.

Como apunte final, la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura tiene en marcha un programa de incorporación de personal investigador a las empresas con el nombre de Programa de Innovación y Talento (PIT). Ctaex gestiona, dentro de éste, la formación multidisciplinar de 31 jóvenes que desarrollan sus propios proyectos, proporcionándoles el primer contacto con la realidad de la innovación en el sector. Recientemente, se han presentado dos productos fruto de este programa: vino enriquecido con infusiones de hoja de olivo y una salsa parecida al guacamole pero sustituyendo el aguacate por aceitunas verdes y Aceite de Oliva Virgen Extra.