Emilio Moreno es un profesor de instituto apasionado por el medio ambiente que comenzó a producir frutas de hueso de forma ecológica en 1995. Ese año creó Biomova, una empresa familiar que vende sus propios productos a media Europa. Con varias fincas situadas en las Vegas Bajas del Guadiana que suman un total de 40 hectáreas, desde mayo hasta octubre dispone de cultivos de ciruelas principalmente, pero también tiene nectarinas, melocotones paraguayos, platerinas, peras y naranjas desarrollados con técnicas respetuosas con el medio ambiente, abonando la tierra con materia orgánica natural y controlando plagas y enfermedades de forma biológica: "como trampas, confusión sexual, captura masiva de insectos, uso de preparados de vinagre y otros compuestos naturales,-". Biomova cuente con una central donde se empaquetan las frutas y se distribuyen con la marca propia. "Una fruta libre de residuos tóxicos es sabor y calidad", dice, y eso lo aprecian bien en mercados europeos a donde se destina el 95% de la producción con su correspondiente certificación. Grandes cadenas de supermercados como los ingleses Tesco o Sainsbury, venden sus frutas.