Unas veces usaba preservativo, pero otras no. Era consciente de que no lo hacía, pero no del riesgo que ello suponía. "No sabes realmente a lo que te arriesgas, vas a la aventura y listo. Te crees que no te va a pasar a tí", dice Rocío. Pero le pasó. Junto a su madre y su novio desde hacía casi un año, esta joven de Almoharín se hizo su primer test de embarazo ante el retraso del periodo. Tenía 14 años entonces y estaba embarazada. Es solo uno de los riesgos que se corre por no usar anticonceptivos. "Cuando me enteré la verdad que no me lo tomé mal, no me preocupé porque no sabía qué era eso de ser madre". Con el tiempo lo fue descubriendo, mientras terminaba 2º de ESO en el instituto. Dejó los estudios, pero los retomó un año después, tras el parto. Terminó la ESO y cursó un ciclo medio de Comercio y Márketing.

"Los sentimientos son contradictorios, no sabes si te alegras o te apena, recuerdo sentir miedo la primera vez que fui a la matrona. Había allí una mujer de mi pueblo y en una semana ya lo sabía todo el mundo. Eso molesta también, no es fácil que la gente te señale y hable de ti", cuenta Rocío, que hoy tiene 20 años y dos hijos, una niña de 5 años y un bebé de 15 meses.

Dice que otra de las sensaciones que experimentó fue rechazo de algunas personas. "Estas cosas no se ven bien en un pueblo, pero no es nada malo, hay que tratarlo con naturalidad. Sé que no es el mejor momento de la vida para ser madre, he tenido que renunciar a muchas cosas, a la libertad que tenían mis amigas, a cambiar la relación que teníamos antes y a ir a la universidad, que me habría encantado, pero no me arrepiento de mi decisión", cuenta.

Ella no se planteó en ningún momento detener la gestación aunque en su entorno era una opción viable. "Mi familia me dio libertad para elegir, porque es mi cuerpo y mi vida y siempre tuve su apoyo y eso lo agradezco mucho". Su novio y los padres de este también estuvieron siempre a su lado. No es el caso de una de sus tías, que dejó de hablarle desde entonces y hace cinco años que Rocío dio a luz por primera vez, de forma natural y sin epidural. "Yo acepto que me den consejos, pero ella le decía a mi madre que debería obligarme a abortar porque era muy joven y nadie puede decidir por ti ni influirte".

Su madre le brindó su apoyo rápidamente, aunque algo disgustada. "Mi padre se lo tomó fatal, se decepcionó al principio. Sentía como que me huía y no quería verme. Pero con el tiempo lo fue aceptando". Hoy Rocío sí es consciente de los momentos que ha pasado: "es una experiencia precipitada, pero maravillosa". Dice que no se arrepiente, pero sí habría esperado más tiempo a ser madre. Por eso ella aconseja tomar precauciones siempre e informarse, "porque sí te puede tocar a ti".