Todavía la situación no es grave, pero puede serlo. Al menos es lo que dicen los expertos, entre ellos los autores de un estudio realizado desde la Universidad de Extremadura que indica que un tercio de los alumnos de Secundaria reconoce haber insultado a sus compañeros. Es el tipo de maltrato en el ámbito escolar más extendido y también al que se le da menos importancia.

Por otro lado, y siempre según el estudio, basado en la realización de más de 2.100 encuestas, más del 27% admiten que ha tratado de aislar a otro escolar ignorándole, lo que comunmente se denomina hacer el vacío , y un porcentaje similar se dedicó a hablar mal de otros.

Del lado de las víctimas, la quinta parte de los escolares ha sufrido insultos y un porcentaje similar padeció otras formas de maltrato como que se hable mal de ellos o se le escondan objetos.

Testigos de agresiones

En cuanto a comportamientos más graves, llama la atención que los porcentajes de alumnos que reconocen amenazar, romper objetos, pegar, acosar sexualmente y obligar a otros a hacer cosas bajo coacción son muy bajos, pero no así el de escolares que afirman haber presenciado estas actuaciones.

De este modo, casi la mitad de los escolares presenció cómo se insultaba o se hablaba mal de otro compañero, pero también hay un 32% que afirman haber visto agresiones.

Detrás de las cifras, los autores del estudio indican que hay un problema latente y que se agravará si no se actúa. La cuestión está en cómo abordarlo. La orientación debería ser, a juicio de estos expertos, acercarse al problema con tacto, intentar reconducirlo por la vía del diálogo, implicar al alumno en la vida académica y fomentar la educación en valores.

Tras la delimitación de las dimensiones del maltrato, el siguiente paso, en el que ya trabajan los autores del estudio, es el diseño de materiales didácticos orientados a prevenir estos comportamientos. La idea es que el próximo curso estos materiales se prueben en dos centros extremeños.

Desde el sindicato CCOO, su responsable regional de Política Educativa en la Federación de Enseñanza, Antonio Serrano, ya apuntó una línea, cuya puesta en marcha compete a la Consejería de Educación.

Serrano hizo hincapié en la coincidencia de dos hechos: primero de ESO es el curso más conflictivo del ciclo, según revela el estudio de la Uex. A la vez, este nivel es el que presenta una ratio de alumnos mayor, ya que la Junta aplica la mayor que se permite, esto es, 30 escolares por aula.

El responsable educativo del sindicato no duda en relacionar ambas situaciones, que cuentan con otras circunstancias añadidas: es el momento en el que los alumnos cambian de centro, y pasan del colegio al instituto, están entrando en una edad compleja y han de convivir escolares de procedencias muy diversas.

Si a esto se le añade una ratio, según Serrano, demasiado elevada para atender correctamente a los debutantes en ESO, la consecuencia está a la vista. Por ello, como primer paso, reclamó que haya menos alumnos por aula, para que puedan "iniciar de la mejor manera su vida en la Secundaria".