"Prefiero lo de cura, que significa el que cuida con mimo, a lo de sacerdote, que me parece un término más solemne y oficial. Me ordené con 24 años. Antes pasé por algunas épocas de dudas y crisis: una a los 22 años, cuando se pasan las emociones de ir a otro país, estudiar otra lengua... Otra un año antes de ordenarme, pero se hizo la luz".