El consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, aseguró ayer que el fuego que afectó la semana pasada al término municipal de Alía (Cáceres) y que se propagó a la provincia de Toledo, arrasó unas 2.800 hectáreas en total, 699 en Extremadura.

Iniesta, en declaraciones a Efe, recalcó que éstas son las cifras, pese a que algunos estén empeñados en decir que el Gobierno regional miente y añadió: "Nosotros no engañamos a nadie, ahí están las cifras y ya lo dijo un técnico: el que quiera revisarlas que vaya al centro.

El consejero explicó que en la zona quemada de Alía hay menos trabajo que hacer que en otras afectadas por fuegos porque tenía mucho monte bajo, con lo que, según dijo, existe menos riesgo de erosión.

Además aclaró que todas las medidas en cuanto a los incendios de este verano están tomadas, por lo que no hay que adoptar decisiones en este sentido en el primer Consejo de Gobierno a la vuelta de vacaciones, que se celebra hoy.

Por su parte, el PP de Extremadura exigió ayer a la Junta que no eluda su responsabilidad en los incendios alegando que son

"provocados", y la emplazó a aceptar las propuestas formuladas por la oposición para afrontar estas "catástrofes", entre ellas, la creación de un cuerpo de bomberos forestales.

El secretario de Comunicación de los populares extremeños, Tomás Martín Tamayo, compareció ayer en rueda de prensa con motivo de la reunión del Comité de Dirección del partido, que celebró en Mérida su primera reunión tras el verano.