El Tribunal Médico Militar ha realizado un nuevo reconocimiento psicológico a la soldado Dolores Quiñoa que vincula su baja psicofísica a la violación por la que en diciembre pasado denunció al teniente Iván Moriano en el juzgado número uno de Plasencia, después de que el primer examen médico rechazara que su situación se debía a "vicisitudes del servicio".

Dolores Quiñoa fue citada a finales de enero en el hospital militar Gómez Ulla de Madrid, según confirmó ayer su abogado, José María Garzón, para someterse a esas segundas pruebas médicas que podrían concederle una pensión, ahora que ha recurrido a la justicia civil. La soldado Quiñoa no había solicitado un nuevo reconocimiento médico, sino que habría partido a iniciativa del Ministerio de Defensa.

EN DILIGENCIAS PREVIAS

La soldado ha acusado al teniente en el juzgado placentino de violación, coacciones y amenazas por los hechos que ocurrieron dos años atrás durante unas maniobras realizadas en el Piornal. El juez ya le tomó declaración en diciembre así como el mes pasado al teniente Moriano, que acudió en libertad tras haber abandonado la cárcel militar de Alcalá de Henares, donde fue condenado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo a pasar cinco meses "por trato degradante a un inferior". Esa sentencia es precisamente a la que se refirió su abogado, Gonzalo Muñiz, para advertir que ya fue juzgado.

El juzgado está practicando las diligencias previas para decidir si da trámite a la denuncia o archiva un caso que ha saltado a la actualidad nacional y tiene también pendiente al municipio de Casar de Palomero de donde procede la familia del teniente.