En tiempos de pandemia, los extremeños también reclaman una atención sanitaria de calidad. La Defensora de los Usuarios del Sistema Sanitario Público de Extremadura ha tramitado más de 400 reclamaciones por la atención recibida desde que el pasado 15 de marzo se declarara el estado de alarma por el coronavirus. El 75% están relacionadas con la atención en los hospitales y apenas un 15% con la Atención Primaria, aunque respecto a esta última hay que destacar que más de la mitad se han presentado después de implantarse las consultas telefónicas en los centros de salud. «Los pacientes, en general, se han adaptado y concienciado con esta nueva situación», explica la defensora, Eva María Molinero.

Al margen del aumento de las listas de espera, la implantación de las consultas telefónicas en los centros de salud ha sido el principal cambio que han notado los extremeños en la atención sanitaria. Según explica Molinero, es una modalidad que también se ha implantado en otras comunidades como Madrid o Andalucía, y sostiene que en última instancia sirve para proteger a los pacientes y también a los profesionales. «No hay que olvidar que la Atención Primaria es el primer muro de contención en la pandemia», dice.

Desde que comenzara la emergencia sanitaria por el coronavirus, las primeras consultas con el médico de cabecera son telefónicas en Extremadura. Cuando un paciente pide una cita a su centro de salud, la primera atención que recibe es telefónica y a partir de ahí, si es necesario y no se puede resolver el problema de otra manera, se llevará a cabo la cita presencial habitual. La visita presencial queda reservada, por tanto, a la necesidad de exploración física, la realización de alguna prueba diagnóstica o de alguna intervención terapéutica. En la fase más dura de la pandemia el SES constató que muchos de los problemas de los pacientes pueden resolverse a distancia y ahora que Extremadura se encuentra ya en la segunda ola de contagios no parece que esta situación vaya a cambiar.

Queja formal

Según Molinero, con este sistema se proporciona seguridad y se garantiza la atención. «No se vulneran derechos, pero sí es cierto que hemos recibido llamadas y correos done los usuarios nos han manifestado su preocupación», explica la defensora. El problema es que muchas veces estas llamadas no se transforman después en una queja formal, que son necesarias para que el problema se traslade a la gerencia de las zonas de salud y se pueda mejorar.

Así, según los datos facilitados a este diario, desde la declaración del estado de alarma hasta la fecha, Molinero ha tramitado un total de 778 reclamaciones y solicitudes de asistencia por parte de los usuarios del Servicio Extremeño de Salud (SES). De ellas, 443 han sido reclamaciones y «como es habitual», la mayor parte (85%) están relacionadas con la atención en los hospitales. Un 15%, apenas 67, corresponden a los centros de salud. En relación a estas últimas, Molinero detalla que más de la mitad (61%) se han tramitado tras la implantación de las consultas telefónicas, y una de cada tres corresponden Badajoz.

El 40% de los usuarios manifiestan disconformidad con la organización y las normas del centro, dificultades para acceder o demora en la atención telefónica. El 60% se queja del trato personal que ha recibido, la demora en el diagnóstico, la falta de atención personal o un elevado tiempo de espera a las puertas del centro pese al calor para ser atendido.