Como si fuese una especie en peligro de extinción, la dehesa reclama medidas para su protección. O mejor dicho, lo hacen en su nombre casi una treintena de organizaciones públicas y privadas, profesionales, sindicales, ecologistas, científicas y sociales. Es el Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa Encinal, una plataforma cuyo fin es que tanto los gobiernos autonómicos como el central y la Unión Europea reconozcan la singularidad de este ecosistema mediterráneo y den los pasos oportunos para su mejora y conservación.

La importancia de la dehesa es manifiesta a tenor de su expansión geográfica y su relevancia económica. Solo en Extremadura hay 1.430.000 hectáreas de territorio ocupado por este ecosistema, es decir, el 34% de la superficie de la región está cubierta por dehesa, según datos de la Junta. Pero en toda la península Ibérica su extensión alcanza los 3.830.000 de hectáreas, la mayoría (en torno al 66%) en territorio español y el resto en Portugal.

"Queremos regular y poner en valor la dehesa, porque ante todo es un modo de vida en torno a un ecosistema y, en mayor o menor medida, eso deja una huella tanto a nivel cultural, como económico, educativo o en el ocio. De hecho, los productos estrella de esta sociedad salen de la dehesa", explica José Luis García Palacios, presidente del Foro Encinal.

Y es que la dehesa es algo más que un ecosistema que destaca por su riqueza medioambiental; también tiene una gran importancia en la economía regional: en ella se produce más del 80% de la producción ganadera extremeña, mueve unos 25 millones de euros anuales dentro del sector del corcho y otros 20 millones en actividades cinegéticas.

Presentada en Zafra

La plataforma fue constituida oficialmente en marzo con una veintena de organizaciones y asociaciones preocupadas por el progresivo decaimiento y muerte de ejemplares de encina en la península. Hace unas semanas fue presentada en la comunidad autónoma durante la celebración de la Feria Ganadera de Zafra, en un acto en el que se adherieron al proyecto organizaciones como la Asociación Española de Criadores de Ganado Porcino Selecto Ibérico Puro (Aeceriber), la Confederación Agraria Portuguesa o la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, mientras que otras como la Asociación de Productores de Caza (Aproca) en Extremadura y Asaja-Extremadura mostraron su interés en unirse a los trabajos.

Su objetivo es lograr el apoyo de los ejecutivos extremeño, andaluz, manchego y castellano-leonés, así como el de los parlamentos español y portugués, y los eurodiputados españoles para solicitar a la UE una ley de protección de la dehesa. "Para dar una línea prioritaria de ayudas a las explotaciones y a la conservación del ecosistema, coordinar los trabajos científicos y dotar económicamente los proyectos de investigación", aclara García Palacios.

De momento, el director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Francisco Amarillo, ya se ha reunido con las comunidades autónomas para analizar una futura legislación europea para este ecosistema.

En Extremadura pretenden que la Junta recupere la Ley de la Dehesa: "Desempolvarla y ponerla en uso. Actualizarla y que se parezca a la que se está tramitando en Andalucía, porque así se podrán conceder ayudas estructurales, se podrán promocionar sus productos y se preservarán sus características". García Palacio ya pudo intercambiar algunas palabras en Zafra con el consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan María Vázquez. "Le solicitaremos una entrevista, aunque la primera toma de contacto fue positiva", apunta.

Para García Palacios "la dehesa sufre un enfermedad virtual cuyos síntomas son la despoblación, el éxodo rural, el abandono agrícola, el crecimiento de la agricultura intensiva que sustituye a la extensiva y la seca, que cada año arrasa 500 hectáreas y obliga a arrancar 2.500 encinas solo en Huelva". Y lo peor del diagnóstico es que "todavía no hemos encontrado una medicina ni definitiva ni paliativa".