Se decía hace una década que era el delfín de Ibarra y su sucesor para ocupar la presidencia de la Junta. Pero de la noche a la mañana su sueño se diluyó por razones nunca suficientemente explicadas y lleva un tiempo en el dique seco . Ramón Ropero (Villafranca, 1953) es un hombre de partido y encargado durante años de montar las campañas electorales. Funcionario en excedencia del ayuntamiento de su localidad, ya fue alcalde de Villafranca en la primera legislatura y, en la siguiente, presidente de la Diputación de Badajoz. En 1989 fue nombrado consejero de Economía y posteriormente ocupó la vicepresidencia de la Junta.

Su salto a la fama le vino dado por la defensa a ultranza de que no era justo ceder un 15% del IRPF a las autonomías porque eso "rompía la caja única". Sus disputas con los ministros de Economía del Gobierno González y especialmente con el presidente catalán Jordi Pujol fueron épicas.

Tras varios años en el primer plano político, Ropero pasó a realizar tareas de partido. Ahora vuelve con fuerza y quiere que el PSOE retenga la alcaldía de Villafranca. Trabajador nato y hábil orador, el candidato a alcalde retorna al primer plano político dispuesto a remontar el vuelo.