"¿Te preocupa tu peso?" Cuando muchos extremeños andan iniciando la operación bikini y otras dietas, la Caravana de los Derechos Humanos llegó ayer a Cáceres (frente a la Casa de la Cultura de Moctezuma) para recordarles que "800 millones de personas sufren malnutrición en todo el mundo". Pero su mensaje es mucho más amplio porque, meses antes de que se cumplan 60 años desde la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pretende "remover conciencias" denunciando su continua "vulneración".

Así lo destacó en su inauguración José Joaquín Gallardo, vicepresidente del Consejo General de la Abogacía Española, que organiza la muestra itinerante en coordinación, en el caso de la capital cacereña, con el Colegio de Abogados de Cáceres. Precisamente para llamar la atención sobre esa falta de respeto a los derechos humanos, la muestra se inicia en un contenedor --está formada por cinco-- en el que la declaración promulgada por las Naciones Unidas está impresa en el suelo. "De ese modo, el visitante tiene que pisarla, con lo que se pretende simbolizar el pisoteo que padecen estos derechos", explica María Angeles Suárez, miembro del Colegio de Abogados de Cáceres y voluntaria en la muestra.

Inmigración, violencia...

Después, en el segundo contenedor espera la reproducción a tamaño real de un cayuco, desde el que se puede acompañar a un arquitecto senegalés en el complicado viaje de un inmigrante africano a Europa, a través de un vídeo. El tercero demuestra con cifras y fotografías "como en España también se vulneran los derechos de humanos, al contrario de lo que muchas veces pensamos", según apunta la monitora de esta parte de la exposición, Lucía Bravo.

Pero sin duda la más impactante es la cuarta parada de la caravana, donde el visitante se convierte en testigo --a través de un audio que escucha a oscuras-- del maltrato de una mujer a manos de su pareja. La intensidad del momento es tal que se advierte que puede herir la sensibilidad del espectador y, de hecho, los menores de 14 años solo pueden visitar esta parte de la muestra acompañados por un mayor de edad. Además, las paredes de este espacio recogen insultos a diversos colectivos --inmigrantes, homosexuales...-- como denuncia a esos otros ejemplos de violencia de género.

Finalmente, el último espacio da a conocer la labor de los Colegios de Abogados en la defensa de los derechos humanos, mediante voluntarios como María Angeles Suárez. "También podemos orientar sobre dónde puede acudir quien tenga algún problema", señala esta. Quien lo desee, además, puede expresar su opinión sobre la exposición y los derechos humanos, en unos paneles y un libro de visitas. Así lo hizo ayer el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, quien asistió --junto con otras autoridades-- a la inauguración de la exposición y donde aprovechó para reivindicar el papel de los políticos para luchar contra las desigualdades y salvaguardar los derechos humanos.

Precisamente esto es lo que pide Amparo Ruiz, una de las primeras visitantes de la caravana, que aprovechó para recordar el compromiso de erradicar la pobreza de los líderes del G-8. "Que luego se queda en nada", se queja al igual que sus dos amigas, Nieves Sánchez y Purificación Fernández, con quienes recorrió la exposición y con las que comparte su propio proyecto para ayudar a quienes más lo necesitan, la oenegé Animación y Cooperación Misionera.

"Hacemos lo que podemos, por ejemplo, ayer --por el domingo-- vendimos nuestros dulces en la Plaza de Santa María y los 1.500 euros que hemos conseguido los entregaremos a las misiones", detallan. Todo un ejemplo de cómo es posible contribuir, cada uno a su manera, a construir un mundo mejor.