Desde el domingo hasta ayer por la noche han tenido lugar tres incidencias en las líneas ferroviarias de la región extremeña. La más grave sucedió ayer en el tren Zafra-Madrid, que inició su trayecto a las 14.23 horas y a las 19.41, al salir de la localidad toledana de Torrijos, descarriló. El incidente no dejó heridos pero se vieron afectados 36 pasajeros, a los que se le suman cuatro trabajadores de Renfe. Hasta el lugar se desplazaron diferentes efectivos de emergencias.

El problema se desencadenó al parecer cuando el tren circulaba a 150 km/h por el punto kilométrico 84.900 y, de repente, el primer bogie (las dos primeras ruedas del tren) se salió de la vía causando fuertes botes, por lo que el convoy quedó bloqueado y como consecuencia de ello, al ser vía única, provocó retrasos en otros trayectos que tenían que pasar por el mismo recorrido. Los pasajeros tuvieron que hacer un trasbordo a otro tren, que se situaba junto al descarrilado, dirección Madrid, para finalizar su viaje. El resto de trayectos que no pudieron continuar su viaje, o tan si quiera iniciarlo, fueron trenes de Media Distancia. El primer viaje, Madrid-Cáceres, continuó en autobús desde Fuenlabrada hasta Talavera, donde reanudaron el recorrido en tren. Los pasajeros del segundo, Badajoz-Madrid, fueron trasladados también a otro tren que llegó a Talavera y desde allí hasta su destino lo harían en un autobús. El último, Madrid-Talavera, inició directamente su trayecto en un servicio alternativo que desplegó Renfe.

Las causas del descarrilamiento se investigarán y aún no se descarta ninguna hipótesis alternativa al estado de las ruedas del tren, sino que también van a barajar otras, como que haya sido un problema de infraestructuras o, por el contrario, hayan tenido que ver «terceras personas», por lo que tampoco se descarta el sabotaje. Hay un abanico de posibilidades que ahora les es imposible conocer ni tampoco eliminar de la lista. Así lo ha indicado Renfe a este diario. Desde la Delegación del Gobierno en Extremadura apuntaron distintas fuentes que ha quedado claro que en el punto de descarrilamiento había algunos «obstáculos» que podrían haber provocado la salida de la vía del convoy. La Guardia Civil ha iniciado una investigación dado que se ha apreciado un tablón de madera así como varios bloques de hormigón.

Además, el maquinista sintió un fuerte golpe sobre el tren antes del descarrilamiento, según fuentes de Adif que publica El País. No obstante, uno de los pasajeros afectados, Julián Muñoz, que se encontraba en Illescas, declaró a ese diario que «no nos han informado de nada. Solo porque hemos preguntado». Además, iba a subirse al tren a las 19.40 y optó por no viajar. «Yo al final no bajo a casa. Me va a venir a buscar mi hijo que vive cerca de aquí. Esto es más que de vergüenza. Estamos a 14 de enero, no puede ser. ¿Para qué ha servido la reunión con el ministro del otro día?, ¿qué quieren hacer?», apuntó Muñoz.

Hay que recordar que el pasado mayo también descarriló un tren cerca de Zafra al desprenderse parte del techo de un túnel y que finalmente tampoco dejó heridos.

La segunda incidencia tuvo lugar ayer a medio día en la línea Puertollano-Badajoz. La cabina que iba en cabeza del convoy se averió, por lo que tuvieron que regresar y dar la vuelta cerca de Ciudad Real para invertir el tren y que así la cabina de la cola pasara a ser la cabeza. Finalmente el tren llegó con 98 minutos de retraso y se vieron afectados 12 pasajeros, aunque según Renfe la mayoría de ellos no viajaban hacia Badajoz, sino que antes de llegar a la provincia pacense habían abandonado el convoy. En Villanueva de la Serena estaba otro tren, con salida a las 14.32, que permitió hacer llegar a los pasajeros del trayecto anterior (Puertollano-Badajoz) sin retrasos.

La última, aunque la primera cronológicamente, sucedió el domingo por la mañana en el tren Madrid-Huelva, que a su paso por Extremadura tuvo que realizar una parada más larga de lo habitual en Navalmoral de la Mata -- ocho minutos más-- debido a que los aseos no podían ser utilizados y se encontraban cerrados. Uno de los dos baños del convoy ya estaba fuera de servicio antes de comenzar su recorrido desde la capital española a las 10.25 horas, el otro se «atascó» poco tiempo después y realizaron casi todo el recorrido con los baños fuera de servicio, según indica Renfe. Aunque se continuaron realizando las paradas estipuladas hasta entonces que corresponden a ese recorrido y desmienten haber tenido que realizar estacionamientos «extras».