Convencida de que podría ser la única salida de la semana grande oliventina, la Cofradía del Descendimiento también se quedó en el templo, la iglesia de Santa María Magdalena, la noche del Jueves Santo. A pesar de que las previsiones daban calma para desfilar, la lluvia se adelantó y los hermanos, ya ataviados con túnica blanca con botonadura negra, cincho de esparto, guantes de algodón y capuz de raso en color negro, tuvieron que renunciar a la marcha que horas antes se había acortado por la inestabilidad del tiempo.

El silencio se hizo entre los fieles nada más comenzar el Descendimiento del Santísimo, acto singular de la hermandad. En ofrenda a la Santísima Virgen de la Soledad, en compañía de la Santa Magdalena, los costaleros portaron el cuerpo de Jesús Crucificado hasta el altar para ser besado por cofrades y seguidores.

Cabe destacar que en la que sería su segunda salida junto a Cristo, la Virgen de la Magdalena estrenaba vestimenta que ha sido diseñada por el pacense José Manuel Expósito. La imagen lucía un traje en tono granate con fajín a rayas y mantón azul, sobre el que destacaba el nuevo tocado de tul, confeccionado con velos de novias y adornado con dos broches de plata y pedrería. Engalanar con menos flores los pasos para ayudar con alimentos a las familias necesitadas es otra de las novedades, compartida este año por todas las hermandades.