La Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) considera «negativa» la temporada de caza menor, que concluye durante este fin de semana en la comunidad, marcada sobre todo por el descenso de ejemplares de liebre. En declaraciones a Efe, el presidente de Fedexcaza, José María Gallardo, dice que a diferencia de otras comunidades autónomas, el impacto en la liebre de la enfermedad de la mixomatosis ha sido mayor este año en Extremadura.

Aunque en algunos cotos la densidad de este animal aún es amplia, el descenso en otros ha sido «muy importante», lo que ha llevado al sector a fijar limitaciones a la hora de su caza, pues como ha recordado Gallardo los cazadores son «consecuentes» con lo que acontece en el campo y «no hace falta que nadie venga a imponer estas decisiones». El conejo ha continuado con la «difícil» situación que experimenta en los últimos años, recuperándose, no obstante, «en algunos cotos, pero aún en muy pocos», por lo que se deben implementar las medidas realizadas en estos espacios para favorecer su recuperación.

En este sentido, la Federación Extremeña de Caza presentará en breve a la administración autonómica un plan para la recuperación del conejo, con el objetivo de lograr el mayor número de iniciativas posibles en esta estrategia. Para Gallardo, es necesario implementar las medidas que incidan en la conservación de estas especies, y a este respecto destaca la importancia de los trabajos realizados en este sentido durante el pasado año 2019 para la recuperación de la tórtola.

«Ha sido una iniciativa sin precedentes», afirma Gallardo, que está basada en medidas de gestión y de mejora del hábitat de la tórtola, en paralelo con una significativa reducción de sus capturas, trabajo apoyado por las administraciones. De esta forma, Gallardo espera que la Unión Europea responda «positivamente» a este trabajo, realizado también en el resto de comunidades autónomas y con el apoyo del Gobierno, y no imponga restricciones y sanciones al país.

En líneas generales, la situación actual de la caza menor es «preocupante», como se demuestra en el caso de la liebre, el conejo o la perdiz, debido a «múltiples factores», desde las enfermedades a las transformaciones que experimenta el clima, los cambios de usos en el campo o la proliferación de los sistemas intensivos. Cabe señalar que esta situación es bastante diferente a los buenos resultados registrados en la caza mayor.