Las fuertes nevadas registradas ayer en diversos puntos de Extremadura dibujaron paisajes que no se recordaban. Tanto que muchos niños vieron la nieve por vez primera e incluso aprendieron cómo se hace un muñeco de nieve.

Y es que en varias comarcas las nevadas alcanzaron un espesor de más de 25 centímetros, tal y como ocurrió en Navatrasierra y Villar del Pedroso (Villuercas e Ibores), en La Serena y La Siberia y en la zona de Hornachos, aunque también nevó con intensidad en Tentudía y la Campiña Sur. El temporal provocó incluso que durante varias horas quedasen incomunicadas las localidades de Navatrasierra y Villar del Pedroso (que suman 720 vecinos), aunque afortunadamente a media tarde una máquina quitanieve despejó toda la zona.

El alcalde de Carrascalejo, Amador Alvarez, explicaba que la capa de nieve había superado los 20 centímetros de grosor, lo que, lógicamente, causó importantes problemas circulatorios en toda la zona. El más grave se registró cuando volcó un camión que circulaba por la carretera que une Villar del Pedroso con la localidad toledana de Mohedas de la Jara.

Eduardo Villaverde, alcalde de Villar del Pedroso, aseguraba, en declaraciones a Radio Nacional que "aquí no se recuerda desde hace muchísimos años una nevada de estas dimensiones, que no nos permite ni salir del pueblo".

Pero, pese a todo, los vecinos estaban contentos por poder vivir experiencias que algunos creían ya olvidadas y que nadie se esperaba a estas alturas del año. Rufina Fernández, que vive en Navatrasierra, relataba que la capa de nieve era de 25 centímetros y había dejado el pueblo "muy bonito", a lo que se suma la tranquilidad reinante tras el paso de la máquina quitanieves. "Los que más disfrutaron fueron los niños, que pasaron el día tirándose bolas de nieve, igual que hicieron algunos mayores, y hasta hicieron algún muñeco", añade Rufina.

En cuanto a Hornachos, la nevada duró más de tres horas, provocando que algunos vecinos quedasen atrapados con sus coches en la carretera de Puebla de la Reina. Para regresar utilizaron tractores, los únicos vehículos que funcionaban. Además, los alumnos del Instituto Los Moriscos tuvieron que permanecer varias horas en sus clases hasta que los autobuses les recogieron.