La vista oral en la que se juzga el caso del trágico accidente de tráfico de mayo de 2014 ocurrido cerca de Castuera en el que murieron cinco niños de Monterrubio de la Serena se reanudará el próximo jueves, día 10, tras la celebración ayer de su jornada de apertura.

En el primer día de vista predominaron las cuestiones procedimentales y las alegaciones presentadas por la Defensa del único acusado, Fernando F.M., conductor de la máquina retroexcavadora, cuya maniobra «sorpresiva» cuando el autobús de los niños había iniciado el adelantamiento fue la causante del accidente, según el informe pericial de la guardia civil que trascendió en su momento.

El aplazamiento hasta el jueves fue ordenado por la magistrada que preside este juicio, Beatriz Miranda, a fin de incorporar al procedimiento el escrito de respuesta del ex presidente de la Junta de Extremadura, Jose Antonio Monago, a diversas preguntas planteadas por José Duarte, abogado defensor del único acusado. Las preguntas a Monago son al haber sido el máximo responsable de la administración competente en transporte escolar en la comunidad autónoma en la fecha en la que ocurrieron los hechos. La jueza ha creído pertinente aceptar esta petición de la Defensa, aunque por escrito, considerando que no ha lugar la testificación presencial de Monago en la vista, como el propio Duarte solicitó ayer en el juicio.

La vista comenzó con exposiciones previas de los distintos letrados. José Duarte acaparó la atención de esta primera jornada con «estrategias encaminadas a dilatar el proceso», según la versión de las acusaciones. Las argumentaciones de Duarte trataron ayer de insistir en, sino responsabilizar al conductor del autobús del accidente, sí en presentar dudas sobre su forma de actuar el día de los hechos.

La batería de peticiones realizadas por Duarte para que se incorporen al proceso son: una inspección ocular de la jueza al lugar del accidente, los discos tacógrafos del autobús, un informe de las llamadas telefónicas del móvil del conductor del autobús, un escrito notarial sobre la forma de conducir del chófer del autocar en una jornada distinta a la del accidente y la testifical del ex presidente Monago.

Sobre la inspección ocular al lugar del accidente, la jueza no la descarta si le quedan dudas en el transcurso del procedimiento. En este apartado, el fiscal, Diego Yebra, argumentó ayer que no hace falta la inspección ocular al disponer ya del informe de la guardia civil y el vídeo elaborado con base en dicho informe.

En cuanto a los discos tacógrafos, solo se admite como pertinente el del día del accidente. La jueza denegó la petición sobre el informe del teléfono móvil y accedió a la referida testificación de Monago, aunque por escrito.

Duarte también sembró dudas acerca del estado de los neumáticos del autobús y la velocidad a la que efectuó el adelantamiento y manifestó que no constaba que se le hubiera practicado el test de alcoholemia al conductor del autobús, cuestión que rebatió el fiscal asegurando que sí se realizó dicha prueba dando «Cero, cero».

Este primer día de juicio transcurrió con normalidad, sin incidentes, ni dentro de la sala de vistas, ni fuera, donde coincidieron en solo unos metros el acusado y familiares de los fallecidos en el accidente, algunos de ellos ataviados con camisetas ilustradas con fotografías de los niños. La tranquilidad fue la nota dominante y el ejercicio jurídico el protagonista. En este sentido, los momentos probablemente más intensos fueron los protagonizados por el propio Duarte y el abogado del conductor del autobús, Enrique Olea, que atribuyó al primero el querer montar «un circo mediático» con la comparecencia de Monago y de «sobredimensionar la instrucción» con algunas de sus peticiones, así como de tener «manía persecutoria» hacia su representado.

La vista se reanudará el próximo jueves, día en que está prevista la declaración del acusado y del conductor del autobús. El viernes podría tener lugar la comparecencia de los niños supervivientes del accidente.