La Guardia Civil de Cáceres ha desmantelado la mayor plantación de marihuana hallada hasta ahora en la región y una de las de mayores dimensiones de España. Estaba ubicada en una finca en el término municipal de Alcuéscar (Cáceres) y contaba con 22.000 plantas. Según las estimaciones, el valor de esta droga en el mercado habría superado los 14 millones de euros.

El cultivo fue hallado por casualidad por un equipo de agentes dedicado a proteger los hurtos en el campo. Peinaban la zona para prevenir el robo de corcho, ya que la superficie está plagada de alcornoques. En uno de los servicios, según informó ayer la comandante jefe de Cáceres, María Jesús Pascual, localizaron un extraño movimiento de tierra consistente en un pozo de sondeo y una charca de los que salían un complejo entramado de tuberías (luego se averiguó que lo utilizaban para el riego por goteo).

Tras las investigaciones descubrieron la plantación de grandes dimensiones en la que trabajaban varias personas realizando labores tanto de vigilancia como de cultivo. La Guardia Civil decidió intervenir al percatarse de que habían comenzado a cortar las plantas para su posterior distribución. En el registro de la finca se detuvo a las nueve personas (todos varones y de nacionalidad albanesa) que en ese momento trabajaban en la finca. Más tarde se localizó al cabecilla de la banda, procedente de Arroyomolinos (Cáceres), que también fue detenido. Le tenía alquilada la superficie a una tercera persona, que no está relacionada con el alijo. En el momento del arresto ya tenían 300 kilos de cogollos secos y dispuestos para su embalaje y su posterior distribución.

ESTABAN OCULTOS / La plantación estaba situada en un lugar estratégico que, por su orografía, dificultaba su visibilidad. Con el mismo fin habían levantado además grandes muros para conseguir mayor privacidad. Según los datos ofrecidos por la comandante jefe de la Guardia Civil de Cáceres, para el mantenimiento de la plantación habían construido una charca de la que salía un entramado complejo de tuberías que permitía que el riego por goteo llegara a cada una de las plantas. Utilizaban también fertilizantes para favorecer su crecimiento.

A los detenidos se les imputa un delito contra la salud pública por tráfico de drogas. Y al cabecilla de la banda se le acusa asimismo de los delitos de trata de seres humanos y contra los derechos de los trabajadores, ya que las nueve personas que realizaban labores en el interior de la finca vivían «en pésimas condiciones de higiene y salubridad». Permanecían las 24 horas del día en el terreno, durmiendo en tiendas de campaña con colchones situados en distintos puntos de la plantación, lo que les permitía tener un control constante de la misma. Y guardaban su comida y sus enseres personales en bolsas de plástico.

Del caso se encarga ahora el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Cáceres, que dejó en libertad con cargos a todos los detenidos, con la obligación de comparecer en los juzgados cada quince días. A los de nacionalidad extranjera se les ha retirado el pasaporte y la Policía Nacional ha iniciado el expediente para expulsarlos del país.

La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones. Se intenta averiguar ahora si la banda pertenece a un grupo de mayores dimensiones que opera a nivel internacional.