Una de las trabajadoras de la residencia de mayores Virgen de Sopetrán, ubicada en la localidad cacereña de Jarandilla de la Vera, ha sido despedida y denunciada por un presunto caso de maltrato a uno de los ancianos internos en el centro.

El director general de Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Campón, explicó a este diario que hace aproximadamente una semana la Consejería de Bienestar Social recibió una llamada anónima en la que se denunciaba que uno de los mayores que vive en esa residencia estaba sufriendo continuas agresiones por parte de una de las cuidadoras. Ante esta denuncia, la Dirección General de Servicios Sociales se puso en contacto de forma inmediata con el centro de salud más cercano a la residencia Virgen de Sopetrán para solicitar urgentemente la elaboración de un informe médico al respecto.

INFORME Tras este primer paso, un médico se trasladó al centro de mayores, que es de titularidad privada, y confirmó que el anciano en cuestión presentaba evidencias que revelaban que había sido golpeado. Al día siguiente los servicios de inspección se desplazaron hasta la residencia y le comunicaron a la dirección del centro cuál era la situación detectada.

Así, se solicitó a la empresa que suspendiese cautelarmente a la trabajadora sospechosa de agredir al anciano y que presentase una denuncia por malos tratos contra ella. Sin embargo, la dirección tomó de forma inmediata la decisión de despedirla ante los indicios que apuntaban directamente hacia ella como responsable de los golpes que había recibido el anciano. Asimismo, presentaron dos denuncias contra ella, una en nombre de la empresa que es propietaria de la residencia y otra desde la dirección que la gestiona.

DILIGENCIA Campón destacó la diligencia con la que se ha actuado en este caso, puesto que pasaron menos de dos días entre el momento en el que se recibió la primera llamada anónima denunciando la agresión y la presentación de las denuncias correspondientes.

Se da la circunstancia de que ésta es la misma residencia en la que a finales del año pasado fallecieron cuatro ancianos como consecuencia de un brote de salmonelosis.

Ya entonces la Consejería de Bienestar Social constató algunas carencias en el personal del centro, especialmente en lo que se refiere a auxiliares de enfermería. Además, la Junta de Extremadura señaló que en sus listados de personal no se diferenciaba de forma nítida entre los limpiadores y los cuidadores.