Por segunda vez en menos de tres semanas, la Guardia Civil ha detenido a un empresario extremeño por cometer un supuesto delito contra los derechos de trabajadores inmigrantes. Esta vez ha sido en una finca ubicada en el término municipal de Mérida, en la que ochenta ciudadanos de nacionalidad rumana realizaban labores de corte y limpieza de ajos sin que el titular de la explotación agrícola pudiera acreditar que estaban contratados legalmente.

La Delegación del Gobierno en Extremadura informó ayer que el detenido responde a las iniciales B.A.A., tiene 47 años y es vecino de Montijo. La operación, que tuvo lugar el viernes por la mañana, fue desarrollada por agentes de la Guardia Civil de las localidades pacenses de Arroyo de San Serván, Alange, Solana de los Barros y Aceuchal. Además, en ella también tomaron parte Inspectores de Trabajo dependientes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

UN EURO, UNA CAJA Los trabajadores en situación irregular hacían jornadas laborales de ocho horas y cobraban algo más de un euro por cada caja de ajos cortados y limpios.

El detenido fue puesto en libertad y a disposición judicial, mientras que contra los ciudadanos rumanos no se ha iniciado ninguna acción legal, ya que desde el pasado 1 de enero gozan del derecho de circular libremente por el territorio nacional.

Se trata del segundo caso de estas características que se registra en la región este mes. El pasado 7 de junio, la Guardia Civil detuvo a otro empresario extremeño, también del sector del ajo, por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores al contratar de manera irregular a 52 rumanos, tres de ellos menores de 16 años. Fue en una explotación agrícola de la localidad de Aceuchal, en la que los trabajadores rumanos efectuaban labores de manufactura de ajos en jornadas laborales diarias de once horas.

En el caso de Aceuchal, el detenido, tras ser puesto en libertad, mantuvo una reunión con el entonces alcalde en funciones de esta localidad, Antonio María Guerrero. En ella le expuso que la falta de mano de obra es un problema habitual al iniciarse la campaña de recogida de ajos. Según afirmó entonces, los empresarios piden al Sexpe mano de obra para trabajar durante un mes en la campaña --hay que realizarla antes de que vuelvan las lluvias--, pero ante la falta de soluciones por parte del Sexpe, se ven abocados a recurrir a los inmigrantes, que acuden por el efecto llamada de otros años.