Terremotos como el ocurrido ayer no son ajenos a las vivencias de algunos extremeños. El último que se dejó notar en la región ocurrió hace seis meses, que con epicentro en el sur de Portugal llegó hasta los 6,3 grados en la escala de Richter. Ese 13 de febrero, vecinos de diversas localidades extremeñas sintieron el temblor sísmico.

El de ayer, que alcanzó los 5,1 grados de intensidad --según los cálculos del Instituto Geográfico Nacional-- también dejó su huella en la comunidad, aunque sin causar daños personales ni materiales. El epicentro se localizó en Pedro Muñoz (Ciudad Real), pero llegó hasta diversos pueblos extremeños.

Culebras e internautas

A lo largo de la mañana del día de ayer, muchos ciudadanos acudieron a la web de EL PERIODICO para compartir su experiencia sísmica ."Hola, buenos días. Vivo en el Nuevo Cáceres. Hasta aquí también ha llegado. Pensé que nadie lo habría notado. He sentido desde el quinto piso los cinco segundos de temblor" decía Raquel. También José Luis comentaba en la página web de este diario que "en Cáceres, desde un séptimo, se ha notado mucho el temblor a eso de las 9:50 horas. El cristal tintineaba durante un par de segundos". Por su parte, Manuel Sánchez, añadía desde Villanueva de la Serena que "eran las 9:47 cuando tembló la cama, la mesita de noche y la estantería. He sentido un poco de miedo", reconoce.

Declaraciones de este tipo se repetían en distintos puntos de la región. Y es que ayer fueron muchos los extremeños que querían compartir cómo vivieron este pequeño sobresalto. "Yo estaba acostada cuando noté que temblaba la cama. Al principio pensé que era una culebra que se había metido en la cama, pero al ver cómo temblaban los muebles del comedor, me asusté, me vestí y bajé a la planta de abajo para saber qué estaba pasando", comentó la propietaria del bar Chaqueta de Villarta de los Montes, en Badajoz.

Desde la localidad pacense de Zalamea de la Serena un profesor de primaria, Jesús Silvero Fuentes, también percibió el seísmo. "Parecía como si se fuese a romper la barrera del sonido, como un avión. Parecía también que se había producido una explosión en cuestión de segundos. Mucha gente lo ha confundido con el ruido de un helicóptero, que creían que estaba pasando en ese momento", aseguraba.

"Los animales sí lo han notado y en ese momento salieron a correr", comenta Juan Sánchez, edil en el ayuntamiento de la localidad pacense de Baterno.

En cualquier caso, para otros tantos extremeños el temblor de tierra pasó completamente inadvertido. Por ejemplo para M Angeles, propietaria de un bar en Alía, quien ya tiene suficiente movimiento en su negocio durante estos días. "Estamos en fiestas y con el barullo no hemos sentido nada".