Periodista y escritor extremeño, presentó ayer en Villanueva de la Serena la obra con la que ganó el pasado año el premio Felipe Trigo de narración corta

Diego González (Villanueva de la Serena, 1970) rescata la Extremadura mágica en La importancia de que las abejas bailen , premio Felipe Trigo de narración corta. Embarcado en la escritura de una novela menos poética, "más salvaje", que esta narración, alterna la literatura con su trabajo en una empresa audiovisual, en la que prepara reportajes e informaciones de actualidad.

--Empecemos por lo que cuenta su narración.

--Una mujer recuerda en la época actual su adolescencia familiar en Las Hurdes de los años 40, cuando la muerte de las abejas que cuida la familia le lleva a contratar a un hombre que puede hacerlas revivir.

--¿Cómo imagina los 40 extremeños?

--No he querido reflejar la Extremadura de posguerra ni cómo eran Las Hurdes entonces. Sólo me interesaba contar una historia de iniciación a la vida, de pérdida de la inocencia, en la que también reflejo que había una Extremadura mágica, que se ha ido perdiendo. Había gentes que decían que curaban con las manos o que mirando a los insectos los resucitaban. Hoy ya no se cree en estas cosas.

--Pero la sitúa en una comarca significativa y que entonces aún estaba estigmatizada por la imagen que dio Buñuel.

--En un sentido, sí. Esos núcleos familiares eran cerrados, como una colmena. No había nada más allá de las alquerías. Y cuando a esta familia llega el hombre, todo se transforma.

--Dejó este periódico para emprender aventuras empresariales también en la comunicación. ¿Qué perspectiva tiene del periodismo en Extremadura?

--Ha habido una generación que ha marcado una forma de hacer periodismo en la región: en la forma de escribir, en la voluntad de llegar a los lectores. Y esto también ha coincidido con gentes que en el terreno de la literatura han empezado a destacar. Narradores como Julián Rodríguez, uno de los mejores, o poetas como Elena García de Paredes, Daniel Casado o José Manuel Díaz tienen muchas cosas que contar.

--También la región ha cambiado.

--Sí, hace diez años hubiera sido impensable montar una empresa audiovisual, como la que estamos levantando mi compañero Damián Morcillo y yo. Tampoco se podía pensar que Extremadura tuviera un canal propio o que el próximo año haya dos más con la TDT (Televisión Digital Terrestre).

--¿Y su escritura?

--Tengo mucha influencia del periodismo en la forma de escribir. El mismo título de la narración que ganó el Felipe Trigo está pensado como si fuera un titular de reportaje. Uno dice las cosas con la intención de llegar al lector, de ser transparente.