Después de las más de quince horas que superan los musulmanes extremeños estoicamente sin probar bocado, cuando cae la noche es hora de recuperar fuerzas. En esta tesitura, alrededor de las 22 horas y después del último rezo en ayunas --los musulmanes reparten cinco rezos a lo largo del día en Ramadán--, preparan una mesa con delicias preparadas para honrar el sacrificio del día. Aunque esa mesa es diferente según los gustos de cada casa, lo que nunca falta son los dátiles. La fruta se convierte por su gran aporte nutritivo en el primer bocado que toman los hogares musulmanes en lo que se conoce en lengua árabe como Iftar , la primera comida que ingieren cuando se pone el sol y ya pueden volver a tomar alimentos y bebidas. y romper con el ayuno al que tendrán que volver cuando amanezca.

Según apunta Said Aboufaris, musulmán de Cáceres y responsable del centro de oración de la calle Caleros, un vaso de agua, de leche o uno de zumo se convierten en piezas fundamentales después de la fruta y antes del menú principal. En contra de lo que cree la mayoría, Said desmiente que el atracón de alimentos para compensar las carencias del día sea una realidad.

Eso sí, las mesas se preparan con esmero. Carne halal o sacrificada siempre por el rito musulmán en la mayoría de las ocasiones, platos típicos como las chebakias , las tortitas con formas de rollo y rellenas dulces --Melouis -- y saladas --Mhanshas -- se disponen para celebrar la noche y la llegada del día siguiente. Otro de los platos típicos, al menos en las casas marroquíes, que suponen uno de los porcentajes más de musulmanes afincados en la región es la harira , una especie sopa con tomates, zanahoria, cebolla, apio, garbanzos y carne en algunos casos.

La comida, en familia

Igual que para los musulmanes el rezo tiene más valor si se hace en grupo, la hora de la comida adquiere sin quererlo un matiz parecido. "Es una fiesta para compartir, si no no pierde el sentido", apostilla Said. Pero no todos los musulmanes que acuden al centro de oración tienen familias con qué compartir su Iftar . Por este motivo, en ciudades como en Cáceres, preparan una colecta y elaboran platos que luego disponen en una mesa para compartir en grupo con los asistentes.