Parece claro que no todas las buenas personas serían buenos jefes. Pero, ¿todo buen jefe es una buena persona?. Tras un primer análisis, usamos mucho esta frase en la empresa cuando realmente podríamos decir: sin pensar, diría que sí. Un buen jefe consigue los resultados que la empresa le pide y satisface los intereses de sus colaboradores. El jefe que sólo trabaja intentando satisfacer a la empresa podríamos decir que es un jefe “directo” y el que sólo trabaja intentando satisfacer a sus empleados es un jefe buenista. Si en mi empresa sólo tuviera esas dos opciones, me quedaría con los que jefes que he llamado directos.

Creo que un buen jefe debe ser capaz de equilibrar esos dos conceptos, el ser buenista o estar más orientado a la relación y el ser directo o estar más orientado a los resultados. Elijo tres facetas de mi vida para analizar estos dos conceptos y me pregunto: ¿Soy un líder más orientado a los resultados o a la relación?

En la empresa estoy mucho más orientado a los resultados. Si le preguntásemos a Antonio y Juanjo dirían que como padre soy exigente y me ocurriría lo mismo que en la empresa. Es verdad que busco su bien, pero no es fácil demostrárselo cuando su comportamiento no es el que considero deseable para ellos. En cambio como profesor creo que si se equilibrar ambos conceptos.

Siguiendo con mi investigación, ¿en qué faceta de mi vida considero que lo hago mejor?. Sin duda, como profesor. De hecho cuando lo hago mal es porque no he sabido equilibrar la relación y los resultados. Por cierto, en tu empresa, ¿quiénes son más importantes los accionistas, empleados o clientes?.

Por tanto, este concepto no es sólo empresarial. Se puede aplicar a cualquier faceta de nuestra vida y en general valoramos mucho a aquellas personas que saben equilibrar estas dos variables.

Y tú, ¿en qué facetas de tu vida tienes que equilibrar la relación y los resultados?