Que a Mariano Rajoy le amargaron la comida del lunes no es ningún secreto. Había citado a sus barones autonómicos para acercar posturas sobre el déficit asimétrico, y la cita, lejos de acabar en fumata blanca, terminó con muy malos humos, y no precisamente los de los puros que se fumaron en la terraza de Génova 13. La cosa no empezaba bien si antes de acceder a la sede popular el valenciano Alberto Fabra decía llegar "dispuesto a arremangarse" por el déficit asimétrico y el extremeño José Antonio Monago le recordaba minutos después que "hay un libro que se llama Constitución" y que "se lo recomendaría". Seguía peor con el enfrentamiento entre Monago, en todas las salsas, y el murciano Valcárcel , ya con la financiación autonómica de por medio, y terminaba "a lo Rajoy": un mes de plazo para ponerse de acuerdo, aunque el consenso sea mucho más difícil cuando entren en escena el catalán Artur Mas , el vasco Iñigo Urkullu o el andaluz José Antonio Griñán .

Una de las claves del sudoku del déficit puede estar en las dos décimas más de margen que Bruselas concedía el miércoles a nuestro país a cambio de nuevas "recomendaciones" como la reforma local, la de las pensiones o la del IVA. Rajoy pidió un 6,3% de déficit y desde Bruselas, qué buenos ellos, dan un 6,5%. ¿Quién no nos dice que esas dos décimas estuvieran pactadas de antemano, y que Montoro pueda utilizarlas para intentar lo imposible, contentar a todos con el déficit asimétrico? ¿Y si al final le diese el 1,2% a las cumplidoras y un poco más a las incumplidoras? Estas últimas, encantadas, las primeras, no tanto. De momento, el consejero Antonio Fernández , erre que erre, ya ha dicho que están dispuestos a dar "un golpe encima de la mesa" de Montoro contra el déficit asimétrico e insiste en que "si no hay café para todos, nosotros queremos el café con leche, y con la leche que nos apetezca".

Otra de las claves puede estar en las compensaciones que el Gobierno de Rajoy puede conceder, al margen del déficit, a las comunidades que cumplieron en 2012. Esta semana la ministra de Fomento visitaba la región y anunciaba la puesta en marcha, para 2015, de un tren de velocidad alta para unir Badajoz y Madrid en 3 horas y media utilizando la plataforma del AVE. Un tren que muchos han incluido en esa lista de compensaciones, aunque hay que aclarar que no es nuevo y que Fomento ya lo anunció hace un año. Es sin duda una buena noticia para una región que históricamente ha tenido malas conexiones ferroviarias, hasta el punto de que Rodríguez Ibarra llegó a bautizar al tren regional de los 80 como "cafetera masturbante", y que vio desaparecer el tren Ruta de la Plata y más recientemente el Lusitana y el Sevilla-Llerena.

XAHORA SOLOx queda que se rompa la tradición y de las palabras pasemos a los hechos, porque si es por anuncios, tendríamos ya el AVE Madrid-Badajoz e incluso una conexión con el Madrid-Sevilla a través de Brazatortas (Ciudad Real), proyecto anunciado en 2009 por el ministro José Blanco del que nunca más se supo. El gobierno regional y el PP se han lanzado a celebrar las palabras de Pastor como si fueran ya una realidad, como hicieron los socialistas hace años con el AVE. Muy seguros tienen que estar del cumplimiento del anuncio, y más en un año, como 2015, de elecciones autonómicas y previsiblemente generales.

Es verdad que este tren diésel a 200 km/h no es el tan ansiado AVE, pero teniendo en cuenta que sin Portugal la alta velocidad no tendría muchas frecuencias y que tardaría aún varios años en ponerse en marcha, la opción de Ana Pastor no es nada mala. Así lo entiende Izquierda Unida, que ve el AVE como un lujo, porque, no lo olvidemos, los billetes no son precisamente asequibles. El PSOE, mientras, exige que se mantenga el proyecto original del AVE, tras reconocer, no queda otra, que durante el gobierno de Zapatero hubo importantes retrasos en las obras. Los socialistas insisten aquí ante el temor de que con la puesta del tren de Pastor, o el Expreso de Hogwarts como lo ha definido Fernández Vara , se aparque para siempre la alta velocidad. Habrá que confiar en que la ministra cumpla y en 2015 tengamos este tren, y un poco más adelante, cuando entre otras cosas nos aclaremos con las estaciones, llegue el AVE.

Y puestos a aclararse, los asesores de varios políticos. Esos que no avisan a Alberto Fabra de que si quiere un entrenador personal de liderazgo se lo pague de su bolsillo. O esos que no hacen ver al presidente y portavoces del parlamento andaluz que los ciudadanos no entienden que se suban el sueldo en plena crisis. O esos que no advierten a la Mesa del Congreso que el dinero público no está para subvencionar parte de los gin tonics de los diputados. Noticias, como las de la reunión de Génova, capaces en estos tiempos de amargarle la comida a cualquiera.