La directora general del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEx), María José Pulido, determina que el que la mujer "disfrute en lo público y lo privado de igualdad real respecto a los hombres" pasa, sin duda, por el empleo y destaca la importancia de que el instituto haya pasado a depender de la Consejería de Igualad y Empleo. En una entrevista con la agencia Efe, Pulido señala que tanto el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, como la consejera de Igualdad y Empleo, Pilar Lucio, "son muy conscientes de que no se puede llegar a la igualdad real si no pasamos por el disfrute igual de los derechos". Ante esta situación, defiende que uno de los objetivos principales del IMEx es mejorar la calidad de vida laboral y social de las mujeres extremeñas, ya que muchas de ellas permanecen "muy unidas tradicionalmente a las tareas domésticas y a los cuidados de personas mayores y niños". Las mujeres que no disponen de un empleo de calidad o que esté reconocido por la Seguridad Social "no son titulares de sus derechos, no reciben salarios, no tienen la posibilidad de ser autónomos, ni de tomar decisiones ni recibir pensiones", manifiesta Pulido. Por ello, la responsable del instituto reclama que para que la mujer se incorpore al mercado de trabajo es necesario que haya "una concienciación en su vida familiar, laboral y personal", lo que supone que el mantenimiento, cuidado y desarrollo doméstico se comparta entre ambos géneros. En esta cuestión, especifica que el abuso de las mujeres a la hora de compatibilizar una jornada laboral con el trabajo doméstico, puede acarrearle enfermedades depresivas, estrés o lesiones "muscoesqueléticas". El número de mujeres incorporadas al mercado laboral tanto por cuenta propia, autónomas o empresarias, como por cuenta ajena, se ha incrementado en los últimos meses debido a planes educativos y de formación de empleo. En el caso de trabajadoras por cuenta ajena, cada vez son más las que encuentran un trabajo en base a su formación, aclara Pulido. A pesar de esta mejoría, "el género femenino se encuentra en una economía sumergida", ya que sigue ocupando puestos de trabajo de las categorías peor pagadas, con contratos temporales y en servicios de mantenimiento y limpieza.