La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 12 años y medio de prisión a José María Guapo Berrocal, de 62 años, quien en abril de 2009 asfixió hasta la muerte a su mujer, Isabel Augusto, de 54 años, en Las Casiñas, pedanía de Valencia de Alcántara, de donde ambos eran naturales. La pareja residía en la capital de España y en la Semana Santa del 2009 viajó a Las Casiñas pese a que el maltratador tenía orden judicial de alejamiento.

La sentencia considera a José María Guapo autor de un delito de homicidio, con la agravante de parentesco y otro de quebrantamiento de medida cautelar. Además, debe indemnizar a la madre de la víctima con 12.000 euros.

El fallo del juez acredita que la pareja volvió a Extremadura el 10 de abril del 2009 para visitar a un pariente enfermo. Sobre las 4 de la madrugada, iniciaron una discusión por el deseo de la mujer de regresar a Madrid, elevándose el tono progresivamente y mediando entre ellos expresiones altisonantes. En un momento de la discusión, según la sentencia, el procesado propinó una fuerte bofetada en la cara a su mujer, cayendo esta al suelo. Una vez allí, se abalanzó sobre ella con el ánimo de acabar con su vida. Le apretó el cuello y la asfixió provocándole la muerte.

ENAJENACION TRANSITORIA "Estaba totalmente ido antes de los hechos. No tenía la cabeza en su sitio. Ahora, está bien y se puede mantener una conversación normal con él", apuntó uno de sus hijos durante el juicio, quien indicó que acude normalmente con sus hijos a visitar a su padre al centro penitenciario. Durante la vista, la hija de la víctima relató que su madre la llamaba para contarle los malos tratos que sufría por parte del procesado. "Fueron veinte años de malos tratos, incluidas agresiones e insultos", manifestó.

Tras el crimen, el encausado intentó acabar con su vida por diversos métodos, pero no lo logró. Fue detenido horas después y desde entonces permanecía en prisión provisional. Los médicos forenses relataron que el procesado tenía la voluntad parcialmente afectada el día de los hechos al presentar un trastorno en el estado de ánimo que le provocaba angustia, lo que pudo conducirle al crimen.