Aún no ha terminado la charla organizada en Mérida, pero los dolores que sufre constantemente en sus articulaciones le impiden pasar más tiempo dentro de la sala. Dominga Macías --todo el mundo le llama Domi-- lleva catorce años padeciendo artritis reumatoide. Un fuerte brote le afectó muy rápidamente a todo el cuerpo, pero se enorgullece de la entereza con la que afronta su lucha contra una enfermedad que en muchos casos inhabilita a una persona, pero que para ella no ha sido un impedimento, no sin sufrimiento, para continuar con su vida profesional. Cada día se repite que la vida continúa, y que hay que tratar de llevarlo de la mejor forma posible. Hace cuatro años fundó la Asociación Regional de Enfermos de Artritis Reumatoida (ARAEX), que preside desde entonces.

-¿Por qué son necesarias jornadas como esta?

-Nuestro gran objetivo es que nos conozca la gente, principalmente los enfermos, al igual que sus familiares, que también viven el día a día de la enfermedad. También necesitamos que nos conozca la gente en general, queremos darnos a conocer ante la sociedad. Queremos que sepan que estamos aquí para ayudarles.

-¿Qué ofrece la asociación a los afectados?

-Llevamos poco tiempo, así que de momento lo que ofrecemos a los enfermos y familiares es que sepan que estamos ahí, para darles, principalmente, apoyo. El factor humano es muy importante porque además de los dolores y de todos los impedimentos físicos que provoca la artritis, muchos de los enfermos sufren problemas psicológicos. Ver que se es joven y que no se puede estar al cien por cien en la vida te hunde anímicamente. LLevo cuatro años al frente de la asociación y lo más complicado es movilizar a la gente. Solo somos 56 socios en toda la región, aunque se calcula que hay 5.000 enfermos en toda la comunidad.

-¿Y cual es el mensaje que queréis lanzar?

-Que la vida sigue. El primer consejo que damos es que se debe aceptar que se padece la enfermedad, pero no por ello hay que dejar de luchar cada día por mejorar nuestra calidad de vida.

-¿Cómo influye la enfermedad en el día a día de un enfermo de artritis?

-Aunque no todos estamos en la misma situación, en general todo esfuerzo físico es muy complicado, porque no tienes fuerzas para soportar un objeto pesado ni para caminar o subir escaleras. Para cargar con medio kilo o un kilo te las ves y te las deseas.

-¿Hace esto muy complicado tareas tan sencillas como hacer la compra para quienes no tienen ayuda?

-Pues sí, hay que buscarse la vida. Cuando no puede venir nadie a ayudarnos, vamos a la tienda a por lo mínimo. Pero cuando hay que hacer una compra grande --para ella de un par de bolsas-- vamos a los establecimientos que ofrecen reparto a domicilio.

-¿Se cuenta con suficientes ayudas?

-Normalmente son los familiares los que se encargan de ayudarnos con las tareas del día a día. Los que vivimos solos tenemos que adaptarnos, y para ello lo más fácil y económico son los aparatos eléctricos. Desde el calentador de agua o la vitrocerámica, para evitar el uso de bombonas de butano, hasta los abridores de latas o de botellas son eléctricos. Para algunos enfermos desenroscar un tapón o abrir un envase metálico se convierte en una misión imposible si no cuentan con ayuda.