El mundo que nos rodea tiene mucho que ver en la salud y en la enfermedad. Más de lo que a veces la propia biología intuye. Por ello existe la Unidad Experimental de Antropología Oncológica, para intentar descubrirlo. Este grupo de investigación acaba de presentar Cáncer en niños y adultos. Estrategia vital con sentido , una publicación que continúa la línea abierta tras la publicación en 2007 de El cáncer: Investigando desde otro paradigma . El coordinador de esta unidad, Domingo Barbolla, formada por docentes universitarios y profesionales de la salud, desvela las claves psicosocioculturales que pueden desencadenar una enfermedad tan extendida como el cáncer.

--Su último libro defiende que la sociedad entiende la enfermedad y no al enfermo, ¿por qué?

--A la hora de percibir la asistencia sanitaria el modelo biomédico es el imperante, pero el cuerpo tiene entidad en sí mismo y forma parte de una persona, pero no es solo eso. Con el cuerpo hay una interacción que nosotros venimos a llamar cultura, que es la forma que tenemos de vivir. Existe una interacción entre la biología y la cultura y el sujeto enferma o está bien en función de los parámetros que dictamina su entorno (familia, trabajo, relaciones,...).

--¿En qué trabaja esta unidad?

--El grupo empezó con un proyecto que aprobó la Consejería de Sanidad en el 2006, y bajo el paradigma biología-cultura intentamos objetivar estos procesos; la cultura que entendemos que interactúa con la biología. Desde ahí comenzamos a investigar el cáncer y vimos que es una enfermedad que tiene lógica en el contexto cultural en el que nos movemos.

--¿Enfermar tiene lógica?

--En el libro hemos apostado por entender que enfermar es una estrategia vital con sentido, con lógica en el propio sujeto. Es una especie de salida a tu propia realidad. Enfermar tiene sus ventajas: no vas a trabajar, los lazos afectivos se rehacen, la gente te presta atención, te puedes dedicar a otras cosas,... La respuesta ante la enfermedad juega en la mente una estrategia: ´Parar una temporada no viene mal´. Es decir, hay una estrategia vital con sentido. Es mucho más complejo, pero si a mí no me satisface mi trabajo y genero un cáncer no voy a trabajar, me quito del medio aquello que me agobia, y que no tengo otra salida de hacerlo. Hay toda una lógica para esto. Incluso la hora de morirse tiene sentido para nosotros desde esta perspectiva.

--¿Cuál es el peso del factor cultura en el desarrollo de cáncer?

--Contribuye a ser desencadenante. Los genes están ahí como predisposición pero se tienen que activar. Hay una proteína que es la encargada de hacer visible o no el cáncer para el sistema inmune, pero ¿qué la hace visible?. Desde el aspecto biológico se está investigando y para nosotros esta visión de hombre o mujer atrapada en la enfermedad como respuesta a encontrar sentido a la vida es lo que hace que se active o no. Esa es nuestra hipótesis.

--¿Además de las biológicas, las diferencias psicosocioculturales de hombre y mujeres influyen en el cáncer?

--Hay una tesis en marcha sobre el cáncer de género en la que estamos viendo que de los cánceres más importantes en la mujer dos hacen referencia a órganos que nos construyen como género: el cáncer de mama y de útero, sin embargo en el hombre eso no es así. ¿Por qué dos órganos vitales valorados como género enferman? Algo pasa, sobre todo en la medida en que la mujer hace además roles de hombre,.... Todo eso genera unas situaciones cuya manifestación es enfermar. Los cánceres de género que estamos viendo en parte se producen por una hiperresponsabilidad de las mujeres, seguramente atrapadas en ese bagaje de pautas culturales, de roles cambiantes, es una salida biológica de su cuerpo.

--¿Cuáles son los cánceres más ligados a los factores culturales?

--Es lo que investigamos. Se trata de objetivar los procesos culturales desde la tipología científica. Si no se ha trasladado el paradigma a la cotidianidad médica es por la dificultad de objetivar estos procesos.

--Describa un ambiente positivo y otro negativo para enfermar.

--El mundo griego lo plasma muy bien. La estética griega es de una perfección impresionante, con el fenotipo de un hombre físicamente perfecto, con ese patrón de elegancia que valoramos como perfecto y que a la vez representaba a un hombre moral perfecto como sujeto, es decir con interacción entre sus iguales que funciona. Es un hombre que no tiene enfermedad. Pero cuando se produce esa disfunción en las relaciones, en el aspecto moral de relaciones, el comportamiento de pautas el hombre genera expresión de esa misma disfunción en su propio órgano, que es la manifestación de la enfermedad. Todo aquello que nos ayude a vivir mal, a sentirnos atrapados, a sentir que no funciona una relación de pareja o con mis hijos o que estoy angustiado, va a ser caldo de cultivo para que aparezcan estas respuestas.

--¿Y los niños también sienten esa angustia para enfermar?

--El niño también puede sentirse atrapado, sobre todo al disponer de menos armas para afrontarlo. Curiosamente a los niños más hipersensibles, como no les cedemos espacio para sobrevivir respetando lo que yo soy, es muy probable que una manera fácil de escapar de ahí sea teniendo una enfermedad de este tipo. Parece brutal pero esto nos hace más responsables de nosotros y nuestras relaciones. Desde luego tenemos un sistema inmune capaz de detectar esas necesidades.

--Los factores culturales pueden desencadenar un cáncer, pero ¿pueden también curarlo?

--Totalmente, de eso trata nuestra hipótesis. Cuando se es consciente de este entramado uno actúa buscando soluciones que no sean la disfunción biológica.

--Dos tesis en marcha y el grupo sigue investigando...

--Seguimos esta línea con otro estudio que valora la posición que ocupan las personas en una familia. Esta es muy importante porque el orden familiar es una responsabilidad, está demostrado en otros estudios que los primeros hijos son más responsables, los segundos y terceros más inteligentes,... En la línea de nuestra investigación una persona más responsable tiene más posibilidad de padecer cáncer que un segundo o tercer hermano. Sobre todo si son mujeres, por lo tanto la posición nos da otra hipótesis para medir esta influencia con seriedad científica.