Los que han vuelto al trabajo esta semana han tenido durante dos días dispositivos especiales en puntos estratégicos para hacerse con una de las 238.000 mascarillas que el Ministerio de Sanidad ha hecho llegar a Extremadura para prevenir contagios. Pero no se contempla un nuevo reparto hoy y tampoco las unidades que se han entregado en estas dos jornadas se pueden reutilizar. Son de un solo uso. En las farmacias se mantiene aún el desabastecimiento, por lo que en caso de querer comprarla tampoco será tarea fácil.

La Delegación del Gobierno no aclara cómo resolverá la situación hasta que se normalice el abastecimiento en las farmacias ni si puede haber nuevas entregas para proporcionar mascarillas. Ayer no respondió a las preguntas de este diario al respecto. Las que han repartido estos días de forma extraordinaria son las que se conocen como mascarillas quirúrgicas y están incluidas entre los grupos más básicos de protección (los del nivel FFP1). Su eficacia es limitada porque pierden capacidad de protección alrededor de las cuatro horas, cuando se humedecen. Además no sirven para prevenir el contagio sino únicamente para que una persona infectada no lo propague. «De momento es lo que hay. Es cierto es que menos es nada, pero hay que seguir», asegura Cecilio Venegas.

«Como profesionales sanitarios nos preocupa la situación. Porque este reparto que se ha hecho es bueno como medida sanitaria de choque. Pero ahora hay que darle continuidad», advierte.

Los colegios de farmacéuticos ya ofrecieron la semana pasada sus despachos para distribuir las mascarillas que iba a entregar el Gobierno central a las comunidades y plantearon que se incluya en la tarjeta sanitaria. Entienden que esa es la mejor forma para garantizar la extensión de su uso por la propia distribución de estos establecimientos: «el 99% de la población tiene una cerca de su casa o su trabajo», resume el farmacéutico . En todo caso, no se ha planteado si se llegará a llevar a cabo.

Normalización

Mientras tanto, la situación en las farmacias no augura que la normalización vaya a ser ágil aunque se empiecen a dispensar a finales de semana como anunció el lunes el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

«En mi oficina tenemos una lista de espera de 50 personas», apunta Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz. El problema es general y dudan de que al menos hasta la próxima semana puedan a empezar a dispensarse unidades con regularidad.

«Nosotros tenemos una lista de 80 personas. Y la mayoría te piden más de una», indican en la farmacia Delgado Cumella de Cáceres. No ha parado de subir desde hace semanas y tampoco hay certezas de cuando se podrán atender.

En la de Josefina Becerra, también en la capital cacereña, ni siquiera se plantean tener lista porque no sería posible gestionarlo. «El responsable de compras se pelea cada día para poder adquirir mascarillas», responden desde esta botica. Pero llegan con cuentagotas. La semana pasada tuvieron algunas unidades (del nivel FFP2, un nivel medio de protección que sí previene el contagio) y se vendieron rápidamente.

«Cuando las cooperativas de farmacias, (Cecofar, Alliance Healthcare y Cofares) puedan empezar a suministrar, se podrá decir que la situación está normalizada», apunta Cecilio Venegas. Ahora las que llegan son de otros proveedores que han encontrado la forma de importar: «y eso está disparando precios y tiempos de espera», advierte.

¿Y mientras tanto? Las mascarillas de tela son una opción si se hacen con los materiales adecuados y se lavan 90 grados. Las quirúrgicas no son reutilizables, aunque para un uso ‘casero’ Venegas explica que se puede intentar prologar algo su vida limpiándolas con un paño con una solución jabonosa o con una disolución de agua y un poco de lejía . “Toda la atención ha estado en los recursos asistenciales. Pero quizás hay que ir pensando en la vuelta a la normalidad y en que las mascarillas van a ser necesarias», apunta el farmacéutico.