La Dirección General de Consumo y Salud Pública ha decidido poner coto al mercado de juguetes peligrosos en la región. En el último año, el número de artículos de este tipo que pudiera suponer un problema para los niños se incrementó de forma notable, un 300% respecto al año anterior. Con el objetivo de verificar la seguridad, el origen y el etiquetado de estos productos, la Administración autonómica ha iniciado una cruzada para concienciar a los padres de la necesidad de que las sacas de Papa Noel o los Reyes Magos vayan cargados de juguetes adecuados a cada edad y que cumplan los requisitos legales.

Según una encuesta realizada por Duracell, los niños españoles parecen los más vulnerables de su entorno a los anuncios de la televisión y un 94% reconoce que decide los juguetes que quiere por lo que ve en la pantalla, frente a la media europea de un 69%, aunque no siempre lo que piden coincide con lo que reciben. De hecho, los juguetes que más se regalan en España son los puzzles, seguidos de juegos deportivos, de construcción, peluches y juegos de mesa.

El problema

El problema es que, a veces, muchos de estos juguetes se escapan a los presupuestos familiares y se opta por otros similares, de menor coste y cuyo origen suele ser de un país asiático. En muchas ocasiones el ahorro sale caro. Algunos de estos juguetes alertados presentan problemas como la inclusión de piezas muy pequeñas que se desprenden y pueden ser ingeridas causando asfixia, bordes cortantes, o composición incorrecta con niveles altos de compuestos químicos, que pueden causar intoxicación a los usuarios.

Además, las autoridades sanitarias han detectado numerosas falsificaciones del sello CE (una de las garantías), lo que supone, un fraude a los consumidores y un incumplimiento de las medidas de seguridad exigidas que, por otra parte, son "mucho menos estrictas en los países asiáticos", según señaló ayer Pedro García Ramos, director general de Consumo de la Junta.

Las inspecciones de Sanidad se centrarán principalmente en estas fechas. El 85% de los consumidores suelen comprar un juguete durante la Navidad. Diciembre se ha convertido en un mes en el que el mercado ilegal hace su agosto.