Están acostumbrados a sacar notas altas, la más baja en estos últimos años que recuerda uno de ellos ha sido un 7,5, pero no a ser el centro de atención por ello. Ayer, Ana Baltasar Corral y Alejandro Díez Vidal, ambos alumnos del IES Profesor Hernández Pacheco de Cáceres de 17 y 18 años respectivamente, pasaron a engrosar la lista de los alumnos más brillantes de Extremadura y por ello, a ser los protagonistas del día, "aunque eso de sacar buenos resultados es nuestro deber y tendría que ser lo normal", comenta Alejandro.

Tras ponderar las calificaciones obtenidas en la Selectividad (fase común y fase para subir nota) y la media de bachillerato, sus resultados rozan la perfección. Sobre un máximo de 14 puntos posibles, Ana ha conseguido 13,856 y Alejandro 13,774. "Me he quedado muy sorprendida cuando me han llamado esta mañana --por ayer-- para decirme que tenía la mejor nota de Extremadura", y más perpleja se quedó aún cuando comprobó, a través de internet, que en todos los exámenes que hizo en Selectividad la semana pasada (cuatro materias comunes más Biología y Química para subir nota) ha sacado un 10. "Pensé que fallaría en alguna". Perfección absoluta. "En 22 años aquí es la primera vez que veo algo así", exclama Felipe Fernández, director del centro cacereño en el que han cursado sus estudios estos dos brillantes alumnos.

La nota final de acceso a la universidad le baja esas casi dos décimas por la media de bachillerato, y es que aunque en 2º todos fueron diez, en primer curso de bachiller no obtuvo ese resultado en Educación Física. Pese a todo, con esta calificación final Ana tiene puntos para dar y regalar después de entrar en la carrera de Medicina, cuya nota de corte ronda el 11,2. Incluso se le ha pasado por la cabeza estudiar en Oxford o Cambridge, pero tendría que perder este año porque antes hay que hacer pruebas de acceso, así que estudiará en Salamanca. "Esta carrera en la Uex es de las mejores consideradas pero allí estudiaron mis padres --ambos médicos también-- y la ciudad me llama más que Badajoz", apunta.

Allí, probablemente será de nuevo compañero de clase de Alejandro, como lo ha sido en el Hernández Pacheco, puesto que también tiene claro que hará Medicina en Salamanca. Igual que Ana, fue la universidad donde su padre --médico del San Pedro de Alcántara-- estudió la carrera a la que él aspira ahora y "ojala fuera algún día como él". De él y de su madre, que es matrona, ha adquirido esa pasión por las ciencias y por la medicina que con su nota podrá desarrollar. "Mi única preocupación era sacar más de un 11, lo demás me daba igual".

Con esa idea en la mente y un brillante expediente en bachillerato --con un diez de media-- se enfrentó Alejandro a la prueba de Selectividad para la que no estudió mucho, "no es difícil y llevaba una buena base de clase". El día que acabaron los exámenes lo primero que hizo fue irse de fiesta. Y así le pilló la noticia la noche del jueves, de botellón en el ferial cacereño. "Me avisaron de que habían salido las notas, pero no las vi hasta que llegué a mi casa a las siete de la mañana. Le deje una nota a mis padres y me fui a la cama contento y satisfecho". Lo que no esperaba Alejandro es que a las once de la mañana le sonaría el teléfono para comunicarle que era la segunda mejor nota final de Selectividad y que la prensa estaba en su busca.

Y todo sin estudiar "tanto". El secreto está en planificarse, organizarse bien, ser constante y estar comprometido con lo que estás haciendo, dicen. "A mi me gusta aprender y el camino para ello es estudiar, pero no todo lo que estudio me gusta, por eso es importante marcarte una meta y esforzarte para conseguirla", señala Ana. Además, "es necesario buscar un equilibrio y disfrutar de tus aficiones. Yo no me pierdo jugar a la PlayStation por estudiar", confiesa Alejandro, pero hay tiempo para todo. La música, la lectura y salir con sus amigos, son otros de sus hobbies , a los que Ana suma una predilección especial por la literatura, viajar y dormir. Ella se plantea centrarse en la investigación y la neurología cuando termine la carrera, él no lo tiene muy claro todavía, "me lo tomo con calma". Y una coincidencia más, ambos han tienen un alto nivel de inglés, han aprobado el sexto curso de la escuela de idiomas.

Estos jóvenes son solo dos de los más de 4.400 estudiantes extremeños (el 93,6% del total, una cifra inferior al año anterior) que han superado con éxito la prueba de Selectividad (280 han suspendido). Entre ellos destacan más notas que superan el 13, como la de David Martín Coello del IES San José de Villanueva de la Serena (13,72) o Evelio Robles Alejo, del Colegio Santa Cecilia de Cáceres, otro joven de acostumbrado a estas cifras que estudiará Ingeniería Aeronáutica en Madrid.