Cuando los romanos construyeron la Vía de la Plata se encontraron con un importante obstáculo: el Tajo. Para salvar el río fue necesaria una meticulosa obra que propició que la calzada pudiera continuar hacia el norte de la Península Ibérica y cuyos resultados todavía no han podido ser mejorados, al menos eso es lo que aseguran los técnicos del proyecto del tramo cacereño Hinojal-Cañaveral de la Autovía de la Plata, cuyas obras comenzaron hace quince días.

Cuentan los expertos que tras realizar los estudios pertinentes descubrieron que el mejor trazado era precisamente por el que discurría la calzada romana, por lo que la futura A-66 tuvo que proyectarse con un trazado alternativo a fin de evitar cualquier afección a la Vía de la Plata, que se encuentra presente en todo el entorno de la obra. La carretera discurrirá por ello paralela y alejada de la calzada romana, así como de la N-630, de la que también distará tres kilómetros en paralelo hacia el este.

El nuevo tramo permitirá eliminar una de las zonas más peligrosas de la N-630, como son las curvas del Tajo en el tramo de influencia del embalse de Alcántara, y lo hará mediante la construcción de 14 kilómetros de autovía que contarán con dos puentes gemelos sobre el curso permanente del agua. Las construcciones elevadas se realizarán en un valle en forma de V , con laderas de unos 30 grados de inclinación y una profundidad de 115 metros, de los cuales 58 están por debajo del nivel máximo normal del embalse.

LOS DETALLES

Los puentes previstos para el cruce del río --uno para cada sentido de la autovía-- tienen 400 metros de longitud total, presentan sendos arcos con tablero superior de 220 metros de luz y 42,5 metros de flecha y se construirán con materiales mixtos de hormigón y acero.

Todo ello posibilitará acabar con los colapsos que se producen en las curvas sobre el río a consecuencia del tráfico pesado, disminuyendo el tiempo del trayecto, según los expertos, entre 10 y 15 minutos, dependiendo de las características del vehículo. Así, la puesta en marcha de la autovía permitirá reducir en cerca de 40 minutos el tramo que discurre entre Cáceres y Plasencia.

Y es que la carretera que cruza el entorno del Tajo es uno de los puntos de la N-630 que más congestión de tráfico sufren. Según los datos que maneja el Ministerio de Fomento, el tramo tiene una intensidad de 7.500 vehículos diarios, con un porcentaje de pesados del 23%, y se espera que una vez puesto en marcha supere los 8.000 vehículos al día.

4,5 MILLONES POR KILOMETRO

En total serán 64.893.265 euros (cerca de 11.000 millones de pesetas), unos 4,5 millones de euros por kilómetro, lo que le supondrá al Ministerio de Fomento construir los 14 kilómetros de un tramo de autovía cuyo origen está situado entre la N-630 y el embalse de Cañaveral, en la ladera sur del Puerto de los Castaños. A partir de ese punto la carretera se dirigirá hacia el sur, rebasando por el este el polígono industrial de Cañaveral y estableciendo un cruce sobre la línea ferroviaria Madrid-Lisboa. Finalmente, a unos dos kilómetros al sur, se iniciará el enlace con la carretera autonómica EX-373, donde el tramo tiene prevista su conexión con el siguiente.

Para los usuarios de la N-630 la construcción de la autovía supondrá un gran alivio, como señala Alonso Sánchez, secretario de la Asociación de Empresarios de Transporte de Extremadura, quien sostiene que con ello se suprimirá uno de los mayores puntos negros con los que cuenta la N-630. "La obra permitirá quitar toda la zona de curvas, algo que desde la asociación hemos venido pidiendo desde hace mucho tiempo, ya que se trata de uno de los tramos más peligrosos de esta ruta", sostiene.

Sánchez señala que con la obra se ganará fundamentalmente en dos aspectos: uno para los usuarios de la autovía en general, como es la seguridad, "porque en esa zona han ocurrido muchos accidentes", y otro "muy importante" para los profesionales del transporte en cuanto a tiempos de conducción y descanso.