El pacto a tres bandas que pretendía Guillermo Fernández Vara después de que el apoyo del PP a la enmienda total de Podemos diera carpetazo al primer borrador de las cuentas en noviembre ha sido imposible y finalmente la formación morada se queda fuera del acuerdo. La reforma fiscal, a la que el PP se oponía frontalmente, y las vías para conseguir el incremento de los ingresos han sido el principal escollo en la negociación.

Las conversaciones con los grupos arrancaron a finales de diciembre. La consejera de Hacienda, Pilar Blanco-Morales, ha mantenido cinco encuentros con los grupos parlamentarios al que se suma la ronda de reuniones del presidente, Guillermo Fernández Vara, con los líderes de PP, Podemos y Ciudadanos en la sede de la Presidencia. La falta de entendimiento con la formación morada fue visible desde el primer momento, sobre todo después de que Blanco-Morales elogiara el trabajo "riguroso" del PP y acusara a Podemos de "filibusterismo" y de moverse en base a los eslóganes. Más tarde, el clima de diálogo mejoró y la formación morada incluso anunció un principio de acuerdo con la Junta para aplicar la reforma fiscal, pacto que después la consejera desmintió.

Finalmente, el montante total de las cuentas se incrementa en 82 millones de euros respecto al borrador que se tumbó en noviembre (ascienden a 5.197,4 millones), una cantidad a todas luces insuficiente para Podemos, que al inicio de las negociaciones planteó como "propuesta de máximos" una subida de 250 millones que después rebajó a 100. La formación morada propuso cubrir ese incremento con deuda histórica, el incumplimiento de los objetivos de déficit (defendía un 1,5% del PIB al cierre de 2016, frente al 0,3% establecido) y una reforma fiscal que permitiera subir los impuestos a las rentas más altas. Como alternativa para evitar el incremento de la presión fiscal, el PP abogó por recurrir al adelanto de los fondos del nuevo programa operativo de los fondos europeos y la venta de patrimonio, propuestas que finalmente han sido acogidas por el Gobierno regional en el borrador que ayer superó el primer trámite parlamentario.

En cuanto a la reforma fiscal, el Ejecutivo presentó una primera propuesta con un impacto de 12 millones de euros basado sobre todo en la supresión de exenciones y deducciones, pero finalmente se corrigió y la cifra se rebajó a 7,5 millones, lo que permitió cerrar el acuerdo con el PP y Ciudadanos. Así, el nuevo presupuesto superó ayer el primer trámite parlamentario --la reforma fiscal aún no se ha debatido-- y seguirá su curso en la comisión de Hacienda, a la espera de que los grupos formulen enmiendas parciales.